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divendres, 21 de novembre del 2014

Johnny Winter, guitar hero tejano (que tenía, además, un hermano, Edgar)



Johnny Dawson Winter III nació en Leland, Misisipí, en 1944. Creció en Beaumont, Tejas. Colgado de la música desde muy pequeño ya en su adolescencia trataba de buscarse la vida tocando la guitarra. Con 15 años, 1960, grabó su primer disco, como JOHNNY AND THE JAMMERS. Fue un single, con "School day blues" en la cara A. Su hermano EDGAR, dos años menor, tocaba el saxo. El single no tuvo repercusión alguna.

Después de un breve paso por la universidad el guitarrista se dedicó a la música profesionalmente.

Estoy haciendo una lista de reproducción en youtube:

https://www.youtube.com/playlist?list=PL8Eps3cPqtnXbcKiic8yUMyBZrGdCuoK6

En 1967, con 23 años, sacó un single de rock de garage con THE GREAT BELIEVERS, llamado "Comin' up fast". Garage= rhythm & blues con ritmo a piñón.

Johnny Winter.
fuente: http://www.classicrockforums.com/forum/f10/johnny-winter-official-thread-6973/
Entre 1970 y 1971 su grupo se llamó JOHNNY WINTER AND. Sí, así, como a medias. Sacaron dos LPs: "Johnny Winter and" (1970) y "Live Johnny Winter and" (1971). Aparte del blues-rock, el virtuosismo de rigor, los toques Hendrix, Cream, Beatles, Led Zeppelin O Rolling Stones, también hay muestras de proto-hard rock ("Guess I'll go away"), abrupto rock sureño ("Ain't that a kindness") o exploraciones psicodélicas tan bellas, y tan sorprendentes en alguien tan poco sutil como "No time to live". Pero lo que predomina es el rock-soul sureño, ese que hacen Wilco cuando quieren ser vacilones o cuando Primal Scream quieren sonar ídem. No sé si es un antecedente para esas bandas -de lo mejorcito de los últimos 25 años y de mis favoritas-, pero su interpretación del estilo es de chapeau.

Por su parte Edgar, el hermano pequeño de Johnny, que habíamos dejado en 1960 tocando el saxo en un single con Johnny, trató de vivir también de la música. Albino como Johnny aprendió a tocar un montón de instrumentos y llegó a considerársele, según wikipedia, un niño prodigio. Aunque la historia de la música no le ha tratado ni de lejos como a su hermano algunos de los discos que sacó en los 70 tuvieron mucha repercusión.

En 1972 llegó al clímax de su carrera con el LP que sacó con su THE EDGAR WINTER GROUP, titulado "They only come out at night". Contenía "Frankenstein", nº 1 en EE.UU., el único que consiguió en su carrera. El LP mismo llegó al puesto 3 de la lista de álbumes.

EDGAR WINTER.
fuente: http://www.mtv.com/artists/edgar-winter/

En una muestra de las osadías de la época sale en la portada con unos pedazo de morros pintados. Se le ve delicado, femenino, como una réplica del Bowie más efébico de unos cuantos años atrás. Edgar toca teclados varios, su saxofón, timbales y canta.

En el primer corte del álbum, "Hangin' around", o sea, "Pasando el rato", cuenta que pensó que abandonar los estudios era guai. Ahora duerme durante el día y pasea en su coche sin preocupaciones. No tiene novia pero porque no quiere, ¿eh? Lo suyo, en definitiva, es pasar el rato. El espíritu outsider de la contracultura llevado al límite de la cultura ni-ni. Tenía entonces 26 años. Un poco mayor para el personaje que interpreta. Mal empezamos en cuanto a letras. ¿Y la música? Rock soul sureño más relajado, más pop, que el que podía hacer su hermano por entonces, que, por otro lado, es una influencia bien perceptible. El tema, que salió como single, tuvo cierta repercusión: fue número 65 en el Billboard. Estaba escrito por el propio Edgar y por uno de los miembros de su banda, DAN HARTMAN, del que hablo más abajo.

Lo que decíamos antes de Wilco y Primal Scream respecto al estilo de Johnny Winter And aquí se puede aplicar igualmente, en especial en el tema "When it comes", que es un baño lujurioso en teclados (piano, órgano hammond), saxo, guitarra slide y eléctrica, con la fiera y sexy interpretación de Winter. Líricamente es algo mejor que la anterior, pero tiene cierta tosquedad expresiva. Habla en primer término de sueños de juventud que no se han realizado, circunstancia, esa frustración, que le hiere. A continuación se da a sí mismo ánimos: "Siento que llega el día en que encontraré un amor duradero. Estos momentos (¿cuáles, esos en que se cumplen sus expectativas o esos momentos en que está positivo y siente su realización más cercana?) me hacen sentir tan bien." Por último, se dirige a alguien, la destinataria de su amor, y le invita a dejarse llevar y a materializar ese amor juntos. O algo así.

DAN HARTMAN.
fuente: http://vandaagindemuziekgeschiedenis.blogspot.com.es/2013/03/muziekgeschiedenis-van-22-maart.html
El grupo de Edgar Winter era un quinteto de jóvenes o muy jóvenes virtuosos, niños prodigio blancos enamorados del blues desde su más tierna edad. Tenemos a Edgar. Y a DAN HARTMAN, que canta, toca la guitarra, el ukelele, las maracas y el bajo. Y que coescribió varias de las canciones del grupo. Nacido en Pennsilvania en 1950, con 13 años creó su primer grupo, THE LEGENDS. Desistió de liderar su propia banda en vista de la falta de éxito y fue reclutado por Johnny Winter. Después lo heredó Edgar.

La fiebre de la música disco no sólo volvió loco a Rod Stewart: Dan, ya separado de Edgar, triunfó en 1978 con un número bailable. Esa apuesta por el éxito coyuntural se volvió contra él: con el ocaso del género no revivió su éxito. Al menos como solista. Porque siguió escribiendo canciones y produciendo incansablemente, casi siempre arrimado al lado bailable y soulero. En todo caso, que no renegara nunca del estilo por el que lo apostó todo demuestra, que a pesar de todo, realmente creía en él y era su amor musical verdadero. Murió a causa del SIDA en 1994.

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The Edgar Winter Group. fuente: http://www.larryportzline.com/danhartman.html
Siguiendo con el listado de canciones de "They only come out at night" nos topamos en el tercer corte de la cara A con "Alta Mira". Es puro bublegum pop. ¿Acudió Edgar a la llamada de la comercialidad que tan orgullosamente había rechazado su hermano (de la que hablan en el artículo sobre la muerte de Johnny en un número de Rockdelux)? Si nos fijamos en la foto de figurín glam-rock de Edgar que hay más arriba podríamos pensar que sí, que Edgar hizo caso en parte a su casa discográfica y regaló varios de esos cortes al propósito de la misma de convertirle en ídolo de jovencitas. En cambio, la letra, de divagación hippy-psicodélica en torno al impacto alucinado del narrador ante la rotunda belleza de una zona costera, llamada Alta Mira, no pega nada con los arreglos musicales. En cualquier paso es una canción intrigante, muy distinta del soul-rock sureño de las dos primeras del álbum, pero que, a pesar de su kitsch pseudo caribeño funciona. Como casi todas las del LP, coescritas por Winter y Hartman.

Rick Derringer. fuente: http://remindmagazine.wordpress.com/2013/07/25/crossroads/
 Otro de los músicos con aportación decisiva al LP es RICK DERRINGER, intérprete de slide y pedal steel guitar, bajo y cantante. No era miembro ofical del grupo pero daba igual. A pesar de su conocimiento de instrumentos y técnicas instrumentales de géneros de raíz -country, blues- su pasado está íntimamente ligado a la gran era pop sesentera. Nacido en 1947 con un apellido alemán -Zehringer-, en un publecito de Ohio, en 1965, es decir, con 18 años, ya había conseguido un nº 1 en EE.UU. con "Hang on Sloopy" al frente de The McCoys. Como Dan Hartman, como los Winter, era otro niño prodigio blanco con inusuales dotes instrumentales, y con una precoz carrera discográfica, que luego se diversificó y tomaría con el transcurrir de las décadas derroteros inesperados. Depués de su éxito recaló en las bandas de los Winter: primero en la de Johnny, con quien militó en Johnny Winter And, con varios ejemplos en esta lista de reproducción, y luego con Edgar.

En 1973, ya en solitario, fue número 23 en EE.UU. con "Rock'n roll Hoochie Coo". Al no consolidarse su éxito relativo se dedica al lado oscuro del negocio (oscuro por poco conocido), es decir, a la composición y a la producción. En esa faceta destaca su producción en los 80 para la entonces insuperable Cindy Lauper... si bien no tuvo reparos tampoco en producir discos para el humorista "Weird" Al Jankovic.

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La soulera y rítmica "Free ride", escrita en solitario por Hartman, descubre el amor por los sonidos negros del futuro héroe de la música disco, y es otra de esas epopeyas de búsqueda personal de la libertad, que, en muy usual metáfora del periodo, equivalía a una larga travesía en coche por las soledades inmensas de los EE.UU. Dicha travesía equivaldría a un viaje interno que ocurriría al mismo tiempo que el exterior. Iconografía roquera 100% auténtica. Y nosotros aquí, con la sospecha de que la apuesta musical ecléctica de Edgar Winter resulta mucho más entretenida que la tiranía del piñón fijo de su hermano mayor. El público, a veces el mejor juez, -si le dan bien donde elegir, claro-, así lo pensó con este LP, y con este tema concreto, elegido como single, que llegó al puesto 14 de las listas pop estadounidenses. El tema, con su epílogo sorprendente, con truco ambiental de estudio inesperado en una música como tan supuestamente íntegramente rocquera, es perfecta e irreprochable, de principio a fin, por melodía, arreglos e instrumentación, rica y virtuosa, incluida.

"Undercover man" es el tema stoniano del disco. Por copiar, Ronnie Montrose, el guitarrista de la banda, copia hasta los punteos traviesos que Keith Richards coloca en las canciones de su grupo como respuesta a los versos entonados por Mick Jagger. Eso sí, Edgar y los suyos desprenden la sensualidad desastrada de su fuente de inspriración y se enmarañan en el tramo final en una confusión de instrumentos y berridos henchidos de negritud ciertamente estimulante.

"Round & round", que abre la cara B, prosigue el muestrario de intereses y posibilidades estilísticas de Edgar y los suyos acercándose -y anonadándonos- a las enseñanzas de The Byrds, Flying Burrito Brothers o Crosby, Stills, Nash & Young, con una guitarra de 12 cuerdas, armonías vocales preciosas y un genuino toque country rock que, de nuevo, nos trae en mientes a los espléndidos Wilco. La letra, en oposición a la claridad prístina de la música, es confusa aunque no precisamente para bien. Habla sin mucha capacidad poética de lo difícil que es querer a alguien y aceptarlo como es y que le quieran a uno y ser aceptado como es. Como corolario, a pesar de esas dificultades, que yo sepa insolubles a día de hoy, el "amor es un sentimiento que crece y crece y quién sabe hasta dónde puede llegar".

Luego está la interpretación osada, la de que Edgar y Hartman estaban hablando de homosexualidad, de travestismo: la chica cambia y cambia continuamente sin que el protagonista sepa a qué atenerse; él, por su parte, desearía ser aceptado como es; luego, esa certeza de que nada puede detenerse ante el amor... Y podría seguir añadiendo, las pintas. En el blog http://lyrics.wikia.com/The_Edgar_Winter_Group:Undercover_Man lo dicen sin ambages: tanto Johnny Winter como su hermano Edgar y Rick Derringer tenían cara de efebos asexuados, y no tenían reparos en explotar su feminidad. Dado el ambiente libérrimo del período en ese aspecto todo esto debió pasar desapercibido. Pero, como cuentan en el blog, la deriva discotequera de Dan Hartman y su temprana muerte causada por el SIDA podrían dar alguna pista al respecto.

"Rock 'n' roll boogie woogie blues" es, como su nombre anunciaba, un lujurioso muestrario de todos esos estilos, que, por lo visto, todos mezclados suenan a glam-rock mas que otra cosa. Otro tema espectacular: chicos sexys haciendo la música más caliente que pueda imaginarse. Supongo que de todo este compendio de lentejuelas, rímmel, mallas marcapaquete y rock vacilón y virtuoso surgió el hair metal ochentero. Imagino que las féminas de los 70 y los 80 debieron disfrutar lo suyo con grupos así para echarse al mismo tiempo a los oídos y a la vista.


"Autumn", con sus teclados y su aire de balada de FM, es probablemente, junto con "Alta Mira", la más sospechosa de las canciones incluidas en un álbum, por otro lado, con estas excepciones, sobresaliente. El trato era meter dos canciones comerciales y completar con lo que les gustara realmente a los chicos, ¿no? De la letra mejor no hablar: un niño de siete años sería capaz de reflejar con más tino qué significa perder a alguien a quien quieres. La única aportación curiosa es equiparar la depresión post-separación con pasar el otoño en Nueva Inglaterra, la parte más europea de los EE.UU.

"We all had a good time" es como cruzar a Johnny Winter, Rolling Stones y los Allman Brothers, y, el resultado, soul-rock sureño que deja transparentar sus modelos orignales: Otis Redding, Don Covay, Etta James, Ike & Tina Turner pasados por el tamiz de Credence Clearwater Revival. En suma: brutal. La letra trata de describir cómo se siente cuando de una noche de fiesta loca no quedan más que recuerdos sueltos: "La chica me veía arrastrarme por el suelo. Yo trataba de llegar a la puerta de la casa, pero no tuve éxito". Eso sí: la sensación de la mañana del día siguiente es ese cosquilleo de satisfacción y relax absoluto de cuando se ha reído uno sin parar.

"Frankenstein" es otro de esos temas que, como "Alta Mira" o "Autumn" uno no sabe qué pintan en el álbum, uno de esos temas que convierten a "They only come out at night" en poco menos que un monstruo Frankenstein sin demasiada cohesión... si es que uno se empeña en llevar la contraria a sus sentidos. Porque las derivas de pop meloso mentadas y este desbarre funk-psicodélico-cósmico, en especial esta canción, le dan al invento finalmente un toque irresistible. "Frankenstein" es tan rara como adictiva y llamó tanto la atención en su momento que fue número uno en los EE.UU. Bien por Edgar y los suyos: me tienen en el bolsillo.

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