Translate

dimecres, 8 d’abril del 2015

WILLIAM "MICKEY" STEVENSON: gloria olvidada de los primeros tiempos de Motown.

Para ver el capítulo anterior, en que hablo de "Uptight (Everything's alright)", de Stevie Wonder, pulsar aquí.

En cuanto al productor del tema, William “Mickey” Stevenson, tiene numerosísimas referencias en discogs, pues no en vano era el escritor y productor principal de Motown en los balbuceos de la compañía. En 1961 una canción escrita por él, “I don’t want to take a chance”, llegó al puesto 33 de la lista Billboard de pop. La cantaba MARY WELLS, la primera cantante femenina que lograba cierta repercusión a nivel comercial dentro del sello de Detroit.

Mary, de tan solo 18 años, trataba de huir en brazos de la música de una infancia y juventud miserables. Aquejada en su más tierna infancia de problemas de salud (meningitis), hija de madre soltera más pobre que las ratas, desde los 12 años tuvo que ayudar a su madre a limpiar edificios: “Eran trabajos de un día, hecho y cobrado, y el frío que se pasaba en los jodidos vestíbulos de linóleo… La miseria son los suelos de linóleo de Detroit en enero, con un cubo medio congelado con Spic-and-Span (un producto de limpieza)”. A los 10 años empezó a actuar en clubes nocturnos como cantante, o sea que desde los 12 tuvo que compaginar, siempre según wikipedia, esto de limpiar con el instituto y con cantar los fines de semana. Por alguna razón este género de vida extenuante no hizo que perdiera el norte y siguió muy centrada.

Tanto fue así que a los 17 se había propuesto convertirse en científica si no fuera porque el éxito en el periodo de sus paisanos Jackie Wilson y el grupo The Miracles la animaron a dedicarse profesionalmente a su afición musical. Ella pensó que podría buscarse la vida como cantante y compositora. Pudo acercarse a Berry Gordy en un local nocturno para ofrecerle una canción, que él pidió le cantara, y de ahí salió un contrato. Su primer single lo había escrito ella misma y se tituló “Bye bye baby”. Salió en 1961 y alcanzó un muy respetable puesto ocho en la lista de rhythm & blues.

A continuación, el tema que le hizo Mickey Stevenson alcanzó algo más de éxito, pero nada que ver con lo que vendría en los tres años siguientes, ya con Smokey Robinson escribiendo para ella, que culminó en su único número uno en 1964 con “My guy”. A partir de entonces todo fue complicándose: Motown dejó de promocionarla mientras ella exigía más royalties. Pudo marcharse de la compañía en 1965, con un arreglo que suponía la renuncia por su parte a cualquier derecho sobre su obra en Motown. Así se las gastaba Berry Gordy.


Mary Wells. fuente: http://classic.motown.com/artist_pages/mary-wells/

Con sus 18 añitos a cuestas y lejos de imaginar, aun con el tremendo bagaje vital que arrastraba (llevaba casada desde 1960; vivía rápido), que tendría que litigar con el explotador avaro peor de todos en un tiempo, grabó, pues, “I don’t want to take a chance”, escrita a pachas por Stevenson y el capo explotador avaro Gordy, y el resultado es excelente, un clásico temprano de la Motown, perfecto de principio a fin. Mary tiene una voz grave y potente, pero modulada y melódica: realza, engrandece una melodía pop-soul chispeante, engarzada en una canción de construcción irreprochable. A todo eso le añaden una instrumentación lujuriosa, con el protagonismo casi absoluto del órgano de Stevenson, y unos detalles traviesos de teclado en el estribillo y no podemos más que quitarnos el sombrero. Debían tener en mente a los Isley Brothers, esa mezcla de voces e instrumentación rhythm & blues, avasalladores en ritmo e intensidad pero sometidos al estribillo, a la melodía: sensualidad y emoción sin cuento. Nada que ver con el futuro sonido del sello, pero igualmente embriagador.

********

Aquel año de 1961 fue especialmente productivo para “Mickey” Stevenson. Se prodigó en múltiples combinaciones con prácticamente toda la plantilla de compositores y productores de la casa. Merece la pena echar un vistazo a su rendimiento con otros ilustres artistas en la sombra, que, andando el tiempo alcanzarían mucho más renombre que el del por entonces imprescindible Stevenson. Veamos:

-Coescribe con BARRETT STRONG una canción para EDDIE HOLLAND JR., titulada “Jamie”. Salió editada a finales de 1961 y en enero del año siguiente alcanzó el puesto 30 en el Billboard. El peso de los nombres abruma: Eddie Holland Jr., el encargado de escribir las letras de los éxitos escritos a seis manos por el equipo Holland – Dozier – Holland para, entre otros, las Supremes o los Temptations. Nacido en 1939 en el mismo Detroit en un principio lo intentó como cantante, pero, según wikipedia, el miedo escénico le hizo encaminar sus talentos a la escritura para otros.


BARRETT STRONG. fuente: wikipedia

Por otro lado, Barrett Strong conocería las mieles del éxito en la era dorada de la Motown, en la segunda mitad de los sesenta, con un puñado de números uno escritos mano a mano con Norman Whitfield, entre ellos clásicos inapelables tales que “I Heard it through the grapevine” para Marvin Gaye, “Papa was a rolling stone” para The Temptations o “War” para Edwin Starr. Él se encargó de las letras.
También, como Eddie Holland, primero lo intentó como cantante, y, a diferencia de éste, tuvo un éxito considerable. Fue en 1960 con otro tema incontestable: “Money (that’s what I want)”, que llegó al puesto dos en la lista de Rhythm & blues. Esta canción fue una fuente de amargura para el músico, pues, a pesar de que argüía que había intervenido en la composición de la misma Berry Gordy lo negó siempre. En esta historia empiezo a perder la cuenta de las relaciones rotas por la avaricia del jefe.

“Jamie” es la prueba de que Eddie era un buen cantante, contenido en las estrofas y explosivo en los estribillos, a la manera de Kim Weston. Era una manera de cantar que influiría en, por ejemplo, Marvin Gaye, pero también en cantantes blancos, como Bill Medley, de los Righteous Brothers. También es la prueba de que por entonces aún estaba la Motown algo lejos de la finura y la elegancia con la que abrumaría años después: es un tema liviano, vaporizado con unos arreglos orquestales que esconden aires latinos. En suma, soul-pop casi easy listening, para todos los públicos, especialmente si frisa la mediana edad.

-Coescribe con ROBERT BATEMAN, BRIAN HOLLAND y FREDDIE GORMAN una canción para THE MARVELETTES, “Twistin’ postman”, que, editada en 1961 alcanzó el puesto 34 del Billboard al año siguiente. También se encargaban todos los compositores menos Gorman de la producción.

Así, si había trabajado con Eddie Holland, escribiéndole una canción, simultáneamente trabajaba con el otro hermano Holland, Brian, éste desde el otro lado del cristal en el estudio de grabación. Brian formaba equipo por entonces con Robert Bateman. Se hacían llamar BRIANBERT, seudónimo bajo el que firmaron la producción de varias canciones en 1961 y 1962.


THE SATINTONES. fuente: http://doo-wop.blogg.org/themes-_satintones-193055.html
Robert Bateman empezó siendo miembro de THE SATINTONES, primer grupo de rythm & blues que viera una canción publicada por Motown. Eso ocurrió en 1959. Bateman trabajaba como corista para Berry Gordy antes de que éste fundara Motown. Con otros chicos creó el grupo justo después de la creación del sello, y consiguieron ser fichados. Sacaron seis singles hasta 1961, año en que la marcha del compositor de la banda (Chico Leverett) los dejó sin repertorio.

Bateman pasó entonces a trabajar conjuntamente con Brian Holland, al que le unía una relación de amistad desde hacía años. No hay mucha más información acerca de Bateman en la red. Ves sus huellas en la ristra de éxitos que firmó en los 60 en la página musicvf.com.

La asociación inicial de Bateman con Holland reportó a Motown un exitazo en 1961 con el tema “Please, Mr. Postman”, precedente del que nos ocupa, e interpretado igualmente por las Marvelettes. Todo un número uno en la lista pop.

Con poca sutileza por parte del sello en pocos meses tenía una continuación, “Twistin’ postman”, que, desde luego, no alcanzó el éxito de su precedente.

Ya en 1963 Robert Bateman se había marchado de Motown, para encontrar acomodo en un gran rival en el negocio de la música negra, Atlantic. Solomon Burke sería el destinatario de sus habilidades compositivas. No duró mucho esta asociación. Llegó a escribir una canción para las Shangri-Las ese mismo año. No tuvo mucha suerte: pasó por sellos cada vez más pequeños, escribiendo para artistas ahora olvidados y que en su momento no tuvieron apenas repercusión. En los 70 ya estaba prácticamente retirado.

-En cuanto a Brian Holland ya sabemos cuál fue su brillante futuro. Como Barrett Strong y su hermano era muy joven: tenía apenas 20 años cuando ocurría todo esto. Había nacido en 1941. También lo intentó como cantante, con un single publicado en 1959. Estuvo muy activo entonces. Con su amigo, el futuro compositor FREDDIE GORMAN, creó un grupo, The Fidalatones.

Gorman, nacido 1939, era cartero entonces y siguió siéndolo incluso después de que “Please, Mr. Postman”, en cuya letra participó, fuera número uno. Las cosas de entonces: nadie le acreditó su contribución en la creación del tema. Todo esto lo cuentan en http://www.spectropop.com/remembers/FreddieGorman.htm.

Gorman conoció a Berry Gordy en una de sus rondas de reparto de correo. Llegó a grabar un single en 1961 para una subsidiaria de Motown. Afirman en esta web que a raíz del éxito de “Please, Mr. Postman” Holland y Gorman siguieron escribiendo para The Marvelettes canciones como “Twistin’ postman”, en la que, como ocurría con la anterior, no se le acredita por ningún lado. Habían constituido ambos un dúo de compositores, que funcionaría en tanto los éxitos siguieran llegando. Poco después se unió al equipo compositor Lamont Dozier. Finalmente, la incorporación paulatina de Eddie Holland acabó arrinconando a Gorman, que acabó descolgado del equipo: “Todavía trabajaba en la oficina de correos. Nunca tuve un contrato o algo que me vinculara a ellos. Funcionaba con un apretón de manos. Motown era como una gran familia. Todos trabajaban con todos, pero las cosas cambiaron cuando el sello creció”.


BRIAN HOLLAND y LAMONT DOZIER. fuente: http://www.soulwalking.co.uk
Él se vio apartado de la gloria que esperaba a la vuelta de la esquina a Holland – Dozier – Holland. Escribió para otros artistas de Motown durante algunos años, pero no alcanzó ni de lejos el éxito inicial de “Please, Mr. Postman”, no acreditado entonces, eso sí. Su historia parece la de otra víctima del sistema de producción Motown: “somos una gran familia, sí, pero no hablemos nunca de dinero, y en cuanto a lo que no aparece por escrito, ante notario, no existe”; sí, justo como en cualquier familia.

-En cuanto a las Marvelettes eran como la respuesta de Motown al éxito de las Shirelles en 1959. Era un grupo formado por adolescentes en un instituto de un suburbio de Detroit. Se presentaron a un concurso de talentos y, a pesar de quedar cuartas, disfrutaron del premio que correspondía a los tres primeros puestos: una audición en la emergente Motown. Brian Holland y Robert Bateman, por entonces ejecutivos en la compañía, les dieron el visto bueno. En una segunda fase, fueron vistas por Smokey Robinson y Berry Gordy. Éste les dijo que cantaban bien pero que debían venir con un tema propio: en la Motown todo el mundo debía saber hacer de todo. La entonces miembro GEORGIA DOBBINS pidió a un amigo una canción en la que estaba trabajando titulada, sí, “Please, Mr. Postman”. El amigo era un músico de blues, WILLIAM GARRETT. Ella la adaptó al estilo doo-wop, entonces tan en boga. A los jefazos les gustó. La pasaron a Holland y Bateman para que la refinaran. También Freddie Gorman, que era cartero como sabemos, pensó que tenía algo que aportar y, de hecho, a él se debe casi toda la letra por razones obvias. Dobbins, aunque acreditada, no llegó a grabar la canción: su padre le aconsejó que no se dedicara a la música (wikipedia). A eso se unía la enfermedad de su madre, que hacía su ayuda en casa imprescindible (http://www.soullyoldies.com/the-marvelettes.html).


THE MARVELETTES en 1963: GLADYS HORTON, WANDA YOUNG, GEORGEANNA TILLMAN y KATHERINE ANDERSON . fuente: http://thecurvature.com/2012/07/06/top-5-motown-singles-1959-1961/

Las otras chicas se encargaron de llevar el tema a la gloria. Tema que, como vemos, es en sí como una confluencia de historias personales y de talentos varios, abortados, en ciernes, frustrados o en flor, que muestra la cantidad de trabajo y / o casualidades que rodean en ocasiones el parto de un éxito.

El éxito inicial las empujó a dejar sus estudios a un lado. Ya se encargó Berry Gordy de convencer a sus reticentes padres, uno por uno. Tenían varias de ellas 16 añitos en 1961. El sello les aseguró que tendrían un tutor, pero como no se puso por escrito pronto la promesa se diluyó en el éter.

Desde entonces la carrera de las Marvelettes acusó un lento declive, ocasionado por el progresivo arrinconamiento del grupo, relegado en cuanto a la calidad de las composiciones, y empujado a una rivalidad muy poco virtuosa con las Supremes.

El carácter derivativo de “Twistin’ Mr. Postman” es un buen reflejo, y bien temprano, de ese poco cariñoso trato dispensado a las jovencísimas cantantes. Los capos de Motown querían, pues, recoger el impulso de su primer éxito y al mismo tiempo subirse al carro del fenómeno del twist, entonces en su apogeo con el éxito del “The twist” de Chubby Checker. Aun así la canción es muy buena, confiada a un escueto acompañamiento instrumental y a las estupendas voces de las chicas, en especial la solista de Gladys Horton, restallante de juventud y vitalidad. Desde luego infinitamente mejor que el tema de Checker, pues es básicamente un rítmico rhythm & blues, con una guitarra eléctrica y un piano realmente electrizantes. La batería, por cierto, es la de Marvin Gaye, aún muy lejos de su posterior gloria.

Las chicas Marvelettes se fueron bajando del carro paulatinamente, empujadas unas veces por la presión insoportable (JUANITA COWART en 1963; no solo el agotamiento pudo con ella: un comentario estúpido suyo en el programa “American bandstand” la hundió en la vergüenza); otras, por enfermedad propia (GEORGEANNA TILLMAN en 1965 debido a la anemia falciforme, agravada también por el estrés de las giras y las grabaciones sin descanso; acabó de recepcionista en Motown) o por la enfermedad de alguien muy cercano (GLADYS HORTON en 1967; su hijo recién nacido sufría parálisis cerebral y decidió dejar la música). Motown no se molestó en cuidar su nombre, su prestigio. En www.google.es/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=11&ved=0CGIQFjAK&url=http%3A%2F%2Fwww.soullyoldies.com%2Fthe-marvelettes.html&ei=AXTNVNGwNcW2UeXCg_gL&usg=AFQjCNG7x17FriZsVp8FiT4hhjSJtmU_OA&sig2=fU4s3CeXAtqR0flqFy_hjg&bvm=bv.85076809,d.d24 dicen que hasta perdieron el nombre Marvelettes en una partida de cartas. En fin, más carnaza que añadir a todo lo anterior.

********

-Compone al lado de ANDRE WILLIAMS el tema “Take me” para la cantante MABLE JOHN. Era la cara B del single “Actions speak louder than words” de la cantante.
Se trataba de un rhythm & blues muy al estilo Atlantic, conducido por la carnosa, profunda voz de Mable, secundada por unos coristas de lujo, los por entonces desconocidos Temptations. Una guitarra eléctrica dibuja los acordes y, de fondo, una nota repetida de órgano refuerza la base rítmica: someros aditamentos instrumentales usados con sabiduría infinita. En este tema Stevenson dejaba aflorar la vena intensa y racial que ya hemos visto en el tema que co-escribió para las Marvelettes. Un camino que no tendría éxito en el sello de Detroit, que buscaba un sonido propio, más dulce y pop como ya sabemos. De hecho, la falta de éxito de la cantante, con un repertorio hecho a la medida de su voz, especie de versión femenina de la de Ray Charles, demostraba que el camino no era ese, muy a pesar del gran talento de Mable y de lo estupendo de las canciones que le escribieron los compositores de Motown.

Y es que Mable no correspondía a los artistas tipo que estamos viendo hasta ahora. Con 30 años largos
MABLE JOHN hacia 1961. (fuente: http://djjames.seesaa.net)
se había alimentado de cantantes rotundas, de poderosos voz y porte, como Mahalia Jackson y Ruth Brown (ver en post dedicado a Don Covay & the Goodtimers: “Mercy, mercy”). Era de otra generación, una mujer con un bagaje y una voz que, pensó en momentos previos a su despido de Motown en 1962 Berry Gordy, no podría nunca adaptarse a los sonidos que agradaban al público juvenil.

Por no ser no era detroitiana de primera generación: había nacido en 1930 en un pueblo de Luisiana. Su familia se trasladó a Detroit cuando ella era una niña, en 1941. Estudió en el Instituto Pershing, del que ya teníamos noticias, y a continuación entró a trabajar en una aseguradora que resulta que era propiedad de Bertha, la madre de Berry Gordy. Sería el hilo que la llevaría a grabar en los balbuceantes inicios de Motown. Después de eso estuvo estudiando durante dos años en una universidad llamada Lewis Business College. En http://www.atdetroit.net/forum/messages/148145/153343.html?1220312812 he encontrado en qué consiste esa escuela de negocios, de acuerdo con la aportación de un miembro del foro llamado Foxyscholar. Esta institución educativa fue creada en 1941 por Violet Lewis, una mujer negra, que ya había creado otra escuela de estudios superiores dedicada a los negocios en Indianápolis y que veía que el reciente auge económico de Detroit gracias a la industria del automóvil y también a la militar sería muy propicio para la naturaleza de su proyecto. Está claro que lo poco o mucho que han alcanzado los negros en EE.UU. se ha debido a un esfuerzo enorme. Como veremos, los inicios de esta universidad están también teñidos de racismo. La ubicación para la Lewis Business, que iría destinada a la población negra, la encontró Violet Lewis en una zona: “refinada, gentil y blanca”. La oposición del vecindario no se hizo esperar. Usaron un tecnicismo para evitar su fundación: no podía crearse una empresa en una zona de tipo residencial. Violet Lewis consultó entonces con los líderes de la comunidad negra (clérigos y activistas por los derechos humanos) y decidió constituirla como fundación sin ánimo de lucro. Un lugar donde la gente negra aprendiera a ser emprendedora y jefa.

Y en estas Mable John se cruzó un día con Bertha, una mujer que, como otras en la ciudad, y no sé si por haber pasado o no por la Lewis Business, ya habían aprendido a tomar la iniciativa y pasarse al otro lado de la fuerza en este juego entre desiguales que es el capitalismo. Su exjefa le comenta que Berry está buscando artistas para grabar sus canciones. Mable decidió probar suerte. El hecho de tener un hermano dedicado a la música de forma profesional, llamado Little Willie John, con un saco de éxitos en el mercado rhythm & blues desde 1955, y hasta con un número uno en la lista de música negra en 1958, pudo haber influido lo suyo en su decisión.

Berry Gordy se dedica a ensayar con ella, y hasta se convierte en su pianista para los bolos que le iban saliendo a la cantante. En 1959 fue contratado por United Artists, pero ni siquiera logró que publicaran su música. Gordy, que acababa de fundar Motown, la ficha. Era la primera cantante femenina del sello. En 1960 salió su primer single, titulado “Who wouldn’t love a man like that?”. Como los singles que lo sucedieron en 1961 se trataba de rhythm & blues, una música maravillosa… que por entonces sólo parecía interesar al público adulto. Gordy veía como The Miracles, el grupo de su amigo Smokey Robinson, y The Marvelettes entusiasmaban al público juvenil, con sus voces agudas y juveniles, con sus ritmos alegres. Así, Mable John vio tan pronto como en 1962 la puerta de salida.

Encontró acomodo en The Raelettes, el grupo de coristas de Ray Charles. Menudo lujo, debió decirse el músico, gran estrella del momento. Se perdió una vocalista espléndida, al menos temporalmente, pero al menos ésta no tuvo que renunciar a la música que realmente le llenaba. En 1966 consiguió un contrato con Stax, donde grabó unos cuantos singles más, de recio soul sureño. El primero de todos, “Your good thing is about to end”, llegó incluso al puesto seis de la lista de rhythm & blues, el único éxito de su carrera.

En 1973 se hizo predicadora y se dedicó al góspel. En 2014 Mable John apareció en el documental “20 feet from stardom”, de Morgan Neville, excelente homenaje a las gemas olvidadas del soul, esas vocalistas excelsas que en un mundo tan machista como el musical no podían aspirar a otra cosa que hacer coros al estrellón masculino de turno. Y allí, por un rato, la horica y pico que durara la película, millones de espectadores de todo el mundo supieron de ella.

*No supera la biografía de Mable John en melancolía a la de ANDRE WILLIAMS, que, como la de los bluesman de antaño se hundió durante años en pantanos de insondable sordidez. Y eso que el chico prometía. Nacido en 1936 en el profundo sur, en un pueblo de Alabama, compartió sus primeros años con su madre en una vivienda social, hasta la muerte de ésta. Él solo tenía seis años. Le criaron sus tías y, todavía adolescente y adornado de un carácter sumamente extrovertido, decidió buscarse la vida en el Norte, en Detroit. Se hizo amigo de los dueños del sello Fortune (en realidad un tugurio en la parte de atrás de una barbería) y, al poco tiempo, se convirtió en líder de un grupo que ya estaba en el sello, THE 5 DOLLARS. Ese grupo raudamente pasó a convertirse en una sombra: dado el carisma del cantante sólo se le destacaba a él en las carátulas de los singles. Uno de los miembros de The 5 Dollars se convirtió en colaborador estrecho de Williams en sus siguientes pasos. Se trataba de GINO PARKS, un chico nacido en 1933 en Alabama, un sureño como él trasladado sólo en 1954 a la ciudad del motor. Parks era un cantante como era debido pues había entrenado su voz intensivamente en diversas agrupaciones gospel. Llegó a matricularse en una universidad, aún en Alabama (el Miles College de Birmingham).

Así pues se produjo enseguida la absorción de The 5 Dollars por Williams: primero cambiaría su nombre al de ANDRE WILLIAMS AND THE DON JUANS. Cuando su gran éxito, “Bacon fat”, de 1956, fue vendido por Fortune al sello grande EPIC, éste los bautizaría como ANDRE MR. RHYTHM WILLIAMS AND HIS NEW GROUP. 

Fachada de FORTUNE RECORDS. (fuente: usuario BobSeger1981 de youtube).
“Bacon fat” fue número nueve en la lista de rhythm & blues. El tema, escrito e ideado por Andre, era un reflejo de su personalidad tendente al exceso, al desbarre. En http://motownjunkies.co.uk/2009/12/14/82/ lo describen como un tema de proto-baile: un destartalado ritmo blues, con un saxo zumbón, y, encima de él, Andre hablaba en plan chulesco-zumbado -ni siquiera cantaba-, con su acento sureño. El riesgo fue premiado con el éxito. En breve el novelty rock se iba a convertir en fenómeno arrollador a nivel comercial y, como demostración de que “Bacon fat” no lo era, sino fruto de la creatividad del sujeto, es que los siguientes sencillos que sacó en Fortune, a cual más locuelo que el anterior, no gustaron a nadie (de hecho, según el artículo de Wikipedia dedicado al cantante, fue al contrario: si decidió hablar, y no cantar, en esos sucesores de "Bacon fat" fue precisamente porque funcionó el invento en ese éxito, y porque desconfiaba de sus dotes como cantante).


"La estrella de Fortune era probablemente André Williams. Solía vestir un turbante y hacer cosas extravagantes como contorsionarse en un pino puente mientras cantaba "Down to Tijuana". Fotografiado aquí con su New Group, su mayor éxito fue "Bacon Fat" en 1957. De izquierda a derecha vemos a Steve Gaston, Bobby Calhoun, André, One-Riff McGriff, Jay Johnson y Gino Parks" (fuente: http://djjames.seesaa.net/upload/detail/image/2010_7_21_01.jpg.html)

El mismo año de la edición de "Bacon fat" apareció la descarada "Jail bait", acreditada a Andre Williams con la orquesta de Charlie Morris. Aquí advertía jocosamente acerca de los riesgos del estupro: "Tú acabas en la cárcel y ella queda libre, dispuesta a cazar al siguiente incauto". Como una mezcla entre la elegancia zumbona de Chuck Berry y el ritmo del "Mannish boy" de Muddy Waters nuestro hombre demuestra que no temía el riesgo.

El éxito de "Bacon fat" convirtió a Parks y Williams en una pareja musical de gran pegada y éxito durante algún tiempo (sus directos eran incendiarios, como nos contará Stevenson a continuación), y llegaron a publicar varios singles como dúo para Fortune con tan poca fortuna comercial como los que sacara Williams en solitario, pues siguen siendo igualmente tremendos y estrambóticos.

Y en estas André Williams conoció a  Berry Gordy, que, por lo que vamos viendo, labró su carrera apuntando en su agenda a todo bicho viviente con quien se topara que tuviera la más mínima inclinación musical. En motownjunkies dicen que Berry Gordy y Andre frecuentaban el mismo barbero. Allí se conocieron. Dicen que los contactos que le proporcionó Andre, ya una figura medio asentada en la música profesional, con un éxito a sus espaldas incluso, fueron decisivos para la creación de Motown. Andre presentó a Berry un amigo suyo que trabajaba en United Artist. De dicho sello Berry Gordy se llevó los  primeros fichajes a la recién nacida Motown: Marv Johnson y Eddie Holland. Allí, también, encontró Berry trabajo estable como productor, trabajo que le proporcionó el flujo de dinero necesario para la pervivencia de Motown en sus inicios.

(Lo que viene a continuación lo he escrito ya en 2019).

Del año del "Bacon fat" de Williams, es decir, 1957, data la siguiente información, que extraigo de Motown's first A&R man presents The A&R man, la autobiografía de Stevenson, editada en 2015 (es decir, el mismo año en el que escribí este post originalmente, pero del que no tuve noticia hasta unos años más tarde, y viene a cubrir, si quiera simbólicamente, la falta de información acerca de Stevenson, de la que me quejaba precisamente en varias partes de este blog). Stevenson vivía entonces en un apartamento de una habitación justo encima del Denny's Show Bar, un club detroitiano situado en la calle Linwood, en un vecindario "que no era ni de lejos el más recomendable, pero que en aquellos días era el centro neurálgico de la diversión en la ciudad. Jugadores, putas, aspirantes a lo que fuera deambulaban por esas calles todas las noches de ocho a tres de la madrugada."

Y resulta que Denny's era el local donde sonaba todo lo bueno, todo lo nuevo de la escena rhythm & soul. "De martes a domingo el local estaba lleno hasta los topes y el estruendo era ensordecedor. Así que no podía dormir aunque quisiera. Y, qué coño, a quien le importaba dormir. No quería dormir, no: quería buscarme la vida. Así que yo me quedaba quieto, esperando las actuaciones. Esa semana los artistas invitados eran Andre Williams y Gino Parks, dos cracks que cantaban blues" (¿cómo traduzco "two blues singin' fools"?).

"Desde mi apartamento, ubicado justo encima del escenario (y separado de él por unas planchas de madera de apenas unas pulgadas de grosor) podía escuchar cada palabra cantada por Andre y Gino y cada nota que tocaba la banda. Todo ese estrépito hubiera vuelto loca a cualquier persona, pero para mí, compositor y cantante, era como ambrosía, como el maná".

Su pequeño apartamento era en sí mismo una leonera con todo lo necesario para un creador hambriento como él: una grabadora, una radio y un piano de pared "al que le faltaba alguna cuerda; con alguna tecla rota. Estaba ligeramente desafinado".

"Si me llegaba alguna canción, ya fuera escurriéndose a través de los tablones del suelo, ya fuera desde la radio, que me gustara, corría al piano y empezaba a escribir algo a partir de ahí. ¡Colega!, podía aporrear el piano durante horas, sin que nada me sacara del trance. Y la grabadora encendida, de modo que cuando escuchaba algo que me enloqueciera pudiera grabar la música en cuestión mientras cantaba yo encima y escribía una nueva canción." Ese apropiacionismo voraz que vemos a lo largo y ancho de la historia de la música negra desde hace décadas. "Algunas de las canciones que escribí en esa época se convirtieron en éxitos en Motown años más tarde".

Y estas admirativas palabras de Stevenson acerca de las estrellas de las noches de esa lejana semana de 1957 dan fe de hasta qué punto el desparpajo, el groove, el depurado sonido callejero de las canciones de Stevenson venían, a su vez, de la experiencia salvaje de estos pioneros que muy probablemente no vieron (como tantos otros) ni dinero ni reconocimiento de sus hallazgos: "Andre Williams y Gino Parks eran unos fuera de serie. Eran incluso mejores que Clarence Paul y yo juntos". [Paul, el que descubriera algunos años más tarde a Stevie Wonder, y del que hablamos en este post de mi blog. Paul y Mickey Stevenson también se conocían antes de empezar su aventura en Motown, como vemos]

Una de esas canciones que se colaban en el cuchitril de Stevenson bien podía ser "Don't touch", editada por el dúo Williams - Parks en 1957. Acompañados por la orquesta de Ted Walker ese single tiene fuego, literalmente. Un ritmo obstinado que es puro rock 'n' roll, unos saxos (creo, el sonido del disco que han subido a youtube es muy deficiente) que aparecen subrayando el estribillo (¿lo hay? creo que es la misma sucesión de notas una y otra vez, esos cuatro compases del blues convenientemente acelerados, o sea, lo que vino a llamarse rock & roll) escupiendo esos acordes chirriantes que parecen emerger del infierno de la lujuria que anuncian las voces chulescas, descascarilladas, casi sin aliento de ambos cantantes... Un temazo, otro clásico ignoto de la era. Y sí, efectivamente, parece el germen del extraordinario "Pride & joy" que dio el éxito a Marvin Gaye en 1963, cómo no, escrita, arreglada y producida por Mickey Stevenson.

Y otra la novelty "Greasy chicken", que tiene la virtud de ofrecernos un antecedente inmediato para los primeros devaneos post punk de The Birthday Party: el ritmo contrahecho, el acorde obsesivo, medio desafinado de guitarra, la voz gritona, desafiante cabalgando alternativamente irónica, sexy, borracha, desafiante sobre dicho esquemático soporte instrumental, y, también, unas nociones básicas de cómo se puede descomponer el blues en sus partes esenciales, y de cómo se puede trabajar a partir de ellas (ritmo, acordes, riffs) y de cómo la inclusión de un cambio, aunque ínfimo (unas notas de saxo, de guitarra; un golpe de tambor o platillo) en un momento dado lo cambia todo, lo dinamiza todo, para que nuestro amigo Mickey aprendiera a construir una canción con los elementos justos, ni más ni menos.

Gino Parks, de hecho, era un habitual del Denny's desde hacía años: "Detroit contaba con cervecerías al aire libre ["beer gardens"] suficientes para que a Parks no le faltara el trabajo(...) siendo su favorita el Denny's, situado en la esquina de Linwood con Euclid (Custodians of the Hummingbird, de Al Kent).

Si no está equivocada esta última fuente esto es lo que hay a día de hoy en una de las cuatro esquinas de Linwood Avenue con West Euclid Street. Los disturbios de 1967 provocaron la demolición de cientos de
edificios de una calle que fue, hasta los 50, un hervidero de la vida musical del Detroit negro. (fuente: https://www.google.com/maps/@42.3673021,-83.1046668,3a,75y,280.32h,93.78t/data=!3m6!1e1!3m4!1srhWy0QVLp_WNEOxshqpvbw!2e0!7i16384!8i8192). Como podría tratarse de cualquiera de las cuatro esquinas, indicar que están ocupadas por esta guardería, una gasolinera, el patio de una iglesia baptista y, por último, un solar que linda con un viejo edificio de dos plantas, abandonado y en mal estado, cuya foto pongo a continuación:


...que tiene un mural dedicado a Lady Soul, Aretha Franklin. Si le echamos imaginación podemos creer que esto fue el Denny's Bar, aunque cueste creerlo, y que una de esas ventanas corresponde al apartamento del entonces soñador Mickey Stevenson (fuente: https://www.google.com/maps/@42.3670216,-83.1044696,3a,75y,197.61h,91.34t/data=!3m6!1e1!3m4!1sbSO0B1cviep47VvMiDbc7A!2e0!7i16384!8i8192)

"Compartían escenarios en la ciudad con Gino Parks los Falcons, Little Willie John, Wilson Pickett y los Tornados de Stanley Mitchell. Cuando Parks unió fuerzas con Andre Williams en esa cancioncilla ("little platter") llamada "Bacon fat" llegó al fin su momento. Ya no más trabajos alimenticios, trabajos que eran duro aprendizaje del oficio de cantante en los garitos llenos de humo de Detroit. Locales con alfombra roja les esperarían por todo el país, desde la Costa Este, a las ciudades del Medio Oeste y, por fin, el Sur profundo, de la mano de la Tab Smith Orchestra. Lo siguiente sería fichar por una de las mejores agencias de artistas del país, Universal, de Nueva York. Y, donde quiera que tocara, su voz maravillaría a todo el mundo". Entiendo que este escenario maravilloso duró lo que duró el efecto del éxito efímero de "Bacon fat" y que no tardaron en regresar al anonimato y a buscarse las habichuelas en la escena de Detroit.

El Denny's Show Bar abrió sus puertas en 1953, y a finales de los 50 ofrecía su escenario a los jazzmen más innovadores de la ciudad, por lo que cuentan en Before Motown: A history of jazz in Detroit, 1920-60, de Lars Bjorn y Jim Gallert. De hecho, los locales de la calle Linwood en los 50 eran permeables a esos sonidos esquinados. De modo que el jazz y el rhythm & blues eran parte de un mismo menú sonoro para muchos amantes de la diversión en la ciudad. Aunque por lo que se dice en dicho libro fue en 1957 cuando cambió la orientación musical del bar. El reconocido saxofonista de jazz Joe Henderson cuenta que ese año se convirtió en músico residente en el bar. Justo entonces, a raíz de ese fichaje, empezaron a servir en el mismo "chicken-in-the-basket" (plato sureño consistente en pollo rebozado, patatas fritas y una salsa), "pero era esencialmente un bar. No había espectáculos en vivo - cosa que sí ocurría antes de mi llegada". "El dueño me escuchaba atentamente"; "Me dejaba tocar lo que quisiera, no había restricciones".

Como sabemos Andre llegó a estar en Motown, y a colaborar con Stevenson. Vemos que si Stevenson llegó a la cúspide en el sello no ocurriría así con Williams. A veces el dueño del talento innato no puede presumir de personalidad constante, de esa frialdad para pasar horas escuchando, aprendiendo a hacer pelotazos rhythm & blues, para grabarse y experimentar, que es de la que, a la postre se puede vivir con un sueldo fijo. 

En Ready for a brand new beat: How "Dancing in the street" became the anthem for a changing America, de Mark Kurlansky, Stevenson se pinta a sí mismo de forma menos poética: el hecho de estar ahí encaramado, encima del ruidoso Denny's Show Bar, era una forma de ensayar y meter ruido sin molestar, pues pasaba desapercibido entre el escándalo natural del lugar. Mickey se había fogueado años atrás cantando en grupos en Los Ángeles y Nueva York. Tenía ideas parecidas a las de Berry Gordy: era el momento propicio, dadas las condiciones políticas, sociales y musicales, para la creación de un potente sello regentado por negros para hacer música dirigida al público blanco. Pero no contaba con respaldo financiero para su proyecto. Pensaba, en todo caso, que para que dicho proyecto saliera adelante era mejor disponer de músicos de jazz y no de blues, pues los primeros entendían realmente de música. Y esa cantera estaba a su disposición, escaleras abajo. Recordemos cómo el Denny's también tenía una orientación jazzística y que incluso a partir de 1957 aparentemente (no lo tengo nada claro) parecía ese su único caladero musical. Stevenson, con su mente calculadora, descubrió que los músicos solían tener muchos problemas: no cobraban lo convenido, no cumplían con sus compromisos... Y, él, que se ofrecía para ayudarles en un principio acabó siendo un intermediario entre músicos y promotores, cobrando una comisión, naturalmente.

Tiendo a pensar que todo vino de forma mucho más espontánea, como suele ocurrir. No creo que Gordy y Stevenson fueran ningunos visionarios. El camino se fue haciendo porque todo apuntaba hacia allí.

(Continúa el post escrito en 2014).

Todavía en 1959 Andre y Gino seguían trabajando como dúo, estrambótico, demencial. Como tal dúo ingresaron en Motown, pero, ya dentro, se rompió su sociedad. Williams sacó algún single en Motown, directamente disparatado según motownjunkies.co.uk. En cambio, en su faceta de compositor para otros fue mucho más sensato, como vemos en el caso de Mable John.

Con Mickey Stevenson formaría dúo compositor en otras ocasiones, también aquel año con The Temptations.

Escribió canciones en Motown hasta 1964, sin que ninguna obtuviera gran repercusión. Después su biografía entra en la dispersión. Trabaja para mil sellos, se dedica a labores diversas dentro de la música, hasta fue roadie a finales de los 60 para Edwin Starr. Aparece acreditado para toda clase de artistas negros en musicvf.com durante el resto de los 60, los 70 y hasta los 80, mostrándose como un incansable todoterreno, como un Kim Fowley negro, un huérfano sin otro amigo que su amor por la música y sin otro objetivo que llegar vivo al día siguiente. Y casi no pudo llegar ni a eso durante buena parte de los 80 y 90: su adicción a las drogas le llevó a vivir en la calle.

Por suerte esta historia no acaba mal: desde 1996, recuperado de sus adicciones, ha vuelto a hacer música, sin descanso, como solía ser antes de su debacle personal. A un álbum por año que ha ido hasta 2013, cuando su venerable edad parece que le está obligando a echar el freno.

Por su parte, Gino Parks, como él tuvo un corto recorrido dentro de Motown (como cantante y como compositor), y, antes de finales de los 60 ya se había retirado de la música. Encontró trabajo en una compañía de seguros. Su formación académica le ayudó a establecerse en una cómoda vida burguesa. Un reverso curioso e inesperado a las andanzas desenfrenadas de Andre. 

Ambos, a día de hoy, a sus ochenta y muchos años, aún están vivos, y son testigos de excepción de los albores de la era Motown, como el mismo Mickey Stevenson y, claro, Berry Gordy.

William "Mickey" Stevenson en 1962.

divendres, 3 d’abril del 2015

Cataluña a tres bandas: Lluis Llach, Pau Riba y Joan Manuel Serrat

La música popular catalana ha tenido en los últimos 50 años dos periodos de esplendor.

El último comenzó hará unos 15 años, cuando empezaron a surgir un montón de grupos en la escena indie, primero usando el castellano (Astrud, La Casa Azul); luego, el catalán (Maria Rodés, Manel...) y, en diversas ocasiones ambos idiomas de forma alternativa (Refree, The New Raemon...). Antes de esta generación de artistas de discurso oscilante entre lo luminoso y lo telúrico, y casi siempre marcadamente costumbrista, y de sencillo aditamento instrumental, hubo unos 20 años de ausencia de propuestas, y, antes del mismo, 15 años de pasmosa creatividad, entre mediados o finales de los 60 y finales de los 70.

Esta época, la de la Nova Cançó, coincidió con el fin de la dictadura franquista, y recogía el anhelo de libertad de una generación de jóvenes a los que la mediocridad de la España del momento se les había quedado muy estrecha. Como raíz del mismo se encontraba el movimiento musical de la chanson francesa, que, durante los 40 y 50 sorprendió desde el mundo francófono con la inusitada ambición poética y literaria de sus letras, con el belga Jacques Brel como su principal estandarte, secundado por artistas como George Brassens y Léo Ferré; coincidiendo con el movimiento, el resurgir de las músicas de raíz en medio mundo.

En esa época el rock & roll pareció un fenómeno coyuntural, un breve paréntesis entre el cool jazzístico y de la chanson y el creciente prestigio del folk en sus variantes modernas: folk-rock (Bob Dylan), folk psicodélico (Fairport Convention, Pentangle...) y folk confesional (James Taylor, Carole King, Joni Mitchell...), conocido este último como movimiento de cantantes-compositores y que, dentro de los estilos sucesores del rock de los 60 era el que más similitudes en todos los órdenes podía tener con la Nova Canço en el mundo anglosajón.

A finales de los 60 y principios de los 70 el mundo entero bullía en revueltas y esperanzas de cambio. La música floreció como un arma idónea para el cambio. La Nueva Troba Cubana, con Pablo Milanés y Silvio Rodríguez como exégetas del cambio de régimen experimantado en la Cuba de los 60, artistas como José Afonso, que cantaban al fin de la dictadura salazarista en Portugal, el afro-beat de Fela Kuti, con sus letras provocadoras y directas, críticas con el régimen político de Nigeria, los cantautores chilenos Víctor Jara y Violeta Parra, que ponen banda sonora al sueño utópico en el Chile de Salvador Allende, el reggae de Bob Marley, vehículo de anhelos de progreso y de denuncia del racismo, o el esplendor de la música con mensaje dentro del soul definen un marco en el que definitivamente la Nova Cançó era una pieza, y no de las menos importantes de semejante oleada de esperanza.
 
El movimiento tuvo sus ramificaciones en todo el orbe catalanoparlante peninsular. Así, Maria del Mar Bonet era de Baleares, y Raimon y Ovidi Montllor del País Valenciano.

De momento me centraré en los tres artistas del título por ser todos ellos catalanes, por ser prácticamente de la misma generación y por representar tres maneras muy distintas de vivir su relación con su tierra. Y, evidentemente, por la calidad y trascendencia de su música.

Así, Serrat representaría un ejemplo de talento con ganas de trascender en toda España, con pocas o ningunas querencias de tipo nacionalista reconocidas y por disfrutar durante la década de los 80, del reconocimiento popular y de las élites políticas de la época (el triunfante PSOE), que lo convirtieron para las siguientes generaciones directamente en insufrible (como a Sabina, Víctor Manuel, Ana Belén, Miguel Bosé... los artistas subvencionados y jaleadores de un régimen que, con ellos, ponía de manifiesto uno de sus puntos débiles: el clientelismo).

Lluis Llach representa el éxito social de una tesis repetida hasta la saciedad por el mundo de ERC desde tiempos inmemoriales. Si en 1974, con "L'estaca", Llach parecía conformarse con el advenimiento de la democracia en España, con los años fue desvelando paulatinamente un posicionamiento político que no era evidente en sus inicios. Artista incómodo durante décadas para el nacionalimo gobernante en Cataluña por sus ideas izquierdistas ahora que el independentismo es la causa de moda su figura es ubicua, diciendo a quien le pregunte cuál es la naturaleza de su actual lucha. Jubilado de la música desde hace unos años deja tras de sí un legado impresionante, en especial aquel fechado en los 70, continuado durante los 80, 90 y 2000 con discos siempre notables, en los que, si en lo lírico y musical -a excepción de los de los 80- no inventaba nada, sí seguía manteniendo un nivel de compromiso y autoexigencia irreprochable.

Frente a la condición de artistas "orgánicos" de Serrat, para la España de los 80 que emergía feliz apostando por el olvido y la aceptación del statu quo derivado de la Transición, y de Llach, que, privado de reconocimiento durante décadas se salía con la suya hace, como quien dice, cuatro días, aupado a la condición de símbolo de esa Cataluña nueva que supuestamente emergerá con la independencia, una Cataluña de trabajadores que no han recibido ni apoyos ni palmaditas en la espalda, como él mismo, en la que la meritocracia y el esfuerzo colectivo serán los principios rectores del nuevo orden social, en suma, de artistas que han nadado a favor de corriente en uno u otro momento de sus vidas, se encuentra Pau Riba, el más roquero de los tres, nunca reconocido, siempre al borde del precipicio por no haber sabido o querido leer el espíritu de los tiempos.

En eso es como Jaume Sisa, que podría ocupar su posición de tercero en discordia en este post, de espejo de libertad e iconoclastia irrenunciables, de anarquismo vital, que, en el caso de Riba se ha materializado en un recentísimo rechazo a un homenaje por parte de la Generlitat de Cataluña.

Riba viene a decir que "artistas somos todos", que no se pueden repartir dádivas y prebendas solo porque los beneficiarios sean de la cuerda de los dirigentes en cuestión o usar esa arma del reconocimiento a destiempo, cuando es demasiado tarde o cuando se ven tan claramente las intenciones de sumar voluntades a la causa común que absorbe a día de hoy todas las fuerzas del gobierno catalán.

Hacer clic aquí para oír lista de reproducción que estoy haciendo en youtube.

******

Joan Manuel Serrat sacó su primer disco en 1965. Era un EP con cuatro canciones, titulado "Una
Portada del EP "La guitarra".
guitarra".

Tenía 22 años y se convertiría poco después en el decimotercer Setze Jutge. Els Setze Jutges eran un grupo de cantautores que, surgidos durante los 60 en el ámbito catalanoparlante pretendían resucitar la expresión musical en lengua catalana. Según la web del cantautor Els Setze Jutges eran "un grupo heterogéneo de gente que escribíamos y cantábamos en catalán."

Serrat era un chico de clase trabajadora, nacido en 1963 en Barcelona, hijo de un obrero anarquista, Josep, y una portera de origen aragonés, Ángeles. Su nombre completo era Joan Manuel Serrat Teresa. Vecino del populoso barrio de Poble Sec respiró la abigarrada, intensa atmósfera del barrio en la Posguerra y en el incipiente desarrollismo de los 60, época en la que estaba marcado por la convivencia de los inmigrantes de otras regiones de España con los campesinos catalanes recién mudados a la gran ciudad y, ambos grupos de recién llegados con la antigua fauna urbana de la capital catalana. Él vivió en sus carnes dicho mestizaje, por la naturaleza catalano-aragonesa de su familia. Durante su infancia y adolescencia los veranos los pasaba en el pueblo natal de su madre, Belchite, en Zaragoza, o bien en Viana, Navarra, en casa de unas amigas de la familia

Serrat, estudiante aplicado, hizo la primaria en los Escolapios y asistiría desde los 12 años a un instituto en Tarragona, el Milà i Fontanals, de donde saldría convertido en tornero fresador. En ese punto, con 16 años, comenzó su relación, como vemos algo tardía, con la música, cuando su padre le regaló una guitarra.

A continuación compaginaría los estudios universitarios para convertirse en perito con su afición musical. Según el facebook del cantautor "con unos compañeros de la mili, Jordi, Toni y Manuel, forma un conjunto integrado por dos guitarras, contrabajo y batería."

Protegido por Salvador Escamilla, locutor de un programa de talentos en Radio Barcelona, consigue sus primeros conciertos, que, a su vez, le ponen en contacto con un sello discográfico, que, de acuerdo con wikipedia, le ofrece un contrato En el propio facebook del cantante el orden de los factores es distinto: Escamilla le recomienda sin dudar a Edigsa. Antes de grabar su primer EP "debuta en público como miembro número trece de los Setze Jutges en un teatro de Esplugues de Llobregat."

EDIGSA se convertiría en el vehículo difusor de la Nova Cançó. De hecho, nacido en 1963, ya en aquel año había editado los primeros EPs del valenciano Raimon, y, en 1964, los debuts de otros pioneros del movimiento, Josep Maria Espinàs, Quico Pi de la Serra y Guillermina Motta.

No dejó los estudios hasta que estuvo claro que tenía un futuro dentro del mundo de la música.  De hecho se graduó como perito agrícola en 1966, es decir, al año siguiente de su debut en la música profesional.

Salvador Escamilla y Joan Manuel Serrat en Radio Barcelona. fuente: http://jmserrat.com/biografia/
La letra traducida al castellano de "Una guitarra", extraída de la descripción de la canción subida a youtube por jaumequalsevol :

"Me la regalaron cuando me rodeaban
sueños de mis dieciseis años, aún adolescente.
Y entre mis manos, que temblaban,
yo agarré muy fuerte aquel juguete.

Crecimos juntos. Yo me hice un hombre,
ella se fue estropeando a mi lado.
Ahora que la veo sucia y rota,
me doy cuenta de lo mucho que la he amado.

Primero los amigos llegan.
Cuando los amigos se van,
sólo queda una guitarra
para hacer de acompañante.

Ahora el amor llega.
De repente el amor se va.
Sólo queda una guitarra
y su canto que llora.

Ahora sé de un compañero que nunca engaña.
Que cuando me llene de gozo cantará conmigo, conmigo.
Ya tengo un amigo fiel. Pobre guitarra,
canta cuando canto yo y llora siempre conmigo."

Una melancólica descripción de la introducción de Serrat al mundo de la música. Entretenimiento desde los 16 años, que, con el tiempo y sufridos los primeros sinsabores de la vida, los amigos que le dieron la espalda, los primeros amores fallidos, se convitió en auténtico salvavidas, en compañera fiel, espejo de sus decepciones y alegrías.

Letra triste, autoconsciente, escrita cuando el músico apenas tenía 20 años, que desmiente su edad juvenil y que, ya entonces, contiene una especie de autoafirmación, una especie de orgullo disfrazado de melancólica asunción del fracaso y soledad, del que se sabe en posesión de un arma de la que carecen los demás: su arte.

La influencia de esta canción, así como de todas las de la época de Serrat en el imaginario colectivo catalán es inmensa. Alguien en los comentarios a la canción subida a youtube cuenta cómo, tras la muerte de Franco, la primera canción en catalán que estudiaron en su colegio fue esta. Los Sidonie esogieron versionarla en 2006 para un disco homenaje al cantautor "debido a la insistencia con la que llegó a sonar en nuestros hogares. Marcó nuestros años de infancia y juventud" (http://rollingstone.es/noticias/sidonie-canta-a-serrat-en-catalan/).

"La guitarra", a la postre el tema que tuvo más repercusión del EP, no tenía otra instrumentación que la guitarra acústica pulsada por el cantante.

El resto del EP se repartía entre las canciones con un nutrido acompañamiento orquestal -dos- y otra más con una parca guitarra. Repleta de detalles instrumentales está "Ella em deixa", la segunda canción de la cara A del EP. La letra en castellano, copiada de la canción subida a youtube por el usuario malakoplakia2:

"ELLA ME DEJA
Buenas noches, amigos: veo que ya estamos todos,
para charlar un poco y cantar canciones.

Pero hoy estoy triste porque sin razón
ella se va lejos de mí y me deja muy solo, completamente solo.
Estoy lleno de noche y creo que un día ella volverá
pidiendo mi amor para encontrar la vida.

Tú, flor adorada, luz de mi rincón,
canción inacabada que ha compuesto mi amor.
¿Por qué te alejas? ¿Por qué te vas?
¿Por qué me dejas, si yo te quiero tanto?

Dice que quiere a otro, al mejor de todos;
dice que es todo un hombre y no un niño como yo.
No la maldigáis ni lloréis tampoco.
Son cosas que pasan: tengo mala suerte.
Estoy lleno de noche y creo que un día
ella volverá pidiendo mi amor para encontrar la vida.

Tú, flor adorada..."

Las primeras estrofas sugieren que el cantante se dirige a un auditorio de conocidos, de amigos, con los que se comparten los últimos avances con la guitarra y también confidencias. Puede que sea un recurso retórico o puede que fuera así para Serrat, que en sus inicios escribiera para un círculo de amigos, real o imaginario. A continuación viene la historia: el cantante cuenta una historia de desamor, a juego con la edad del autor, apenas 20 años. Una chica rompe con él y se va con otro, que, según ella, "es todo un hombre". Esta anécdota podría ser uno de esos"amores que vienen y luego se van" de los que habla en "Una guitarra". La decepción es la fuente de inspiración de esta canción; la música es precisamente la medicina frente al mal de amores. El efecto curativo de la creación es tan eficaz, tan raudo que no hace falta llegar al final de la canción para encontrar una luz de esperanza, mezclada con cierto orgullo: "Ella volverá pidiendo mi amor para encontrar la vida."

El joven Joan Manuel Serrat destacaba más que por sus logros literarios y poéticos por una excelente intuición melódica y también por su voz, temblorosa, expresiva y tremendamente comunicativa. Puede que lo que cantara no se saliera de cierto formulismo (su primera y significativa oda a la música en "Una guitarra"; el canto a la decpeción amorosa, a su corazón roto con expresiones genéricas y una confesionalidad algo tosca, incipiente de "Ella em deixa") pero la sinceridad desarmante que desprende su interpretación no podía dejar indiferente al oyente. Según el artículo "Serrat que ahora tiene 70 años", publicado por EL PAÍS y firmado por Carles Gámez "fue el primer intérprete que proyectó la Nova Cançó en las listas de éxitos con una canción en catalán y el fenómeno de los fans entre Els Setze Jutges. Serrat confirma la aparición de un nuevo modelo de cantante que ha sido enunciada por Raimon y que gracias a él, por su proyección popular, pone el cartel de “No hay entradas” en teatros y auditorios."

Después de un somero repaso a su densa biografía concluye con lo siguiente, que da pistas de las influencias diversas del cantautor, ya asentadas desde el primer momento: "Un cantante y autor, a la vez, culto y popular. Las canciones de Serrat enlazan con la sentimentalidad y argumento de una canción popular española, la copla, y al mismo tiempo, contemporáneas de una canción europea de acento lírico. Es el Serrat que se reconoce en Aznavour y Rafael de León, en Brel y Concha Piquer, en Carlos Gardel y la Chanson francesa. Una cocina melódica que ha acabado dando esa mezcla de sabores irresistibles para una diva como la italiana Mina o una voz como la de Silvia Pérez Cruz."

Los créditos del EP informan de que la orquesta que suena en estas canciones está dirigida por MARC
SERRAT, NÚRIA FELIU y RAIMON. fuente: http://cultura.elpais.com/cultura/2013/12/24/actualidad/1387886533_903681.html
BLOND. Este músico aparece en varias referencias discográficas del sello Edigsa del año 1965, incluidos la cantante de jazz Núria Feliu y figura de la primerísima hornada de la Nova Cançó, el mismo Salvador Escamilla cantando al frente de una big band, Lluís Olivares, en sendos EPs en los que versiona clásicos de la chanson francesa o de la componente de Els Setze Jutges Maria del Carme Girau.

En wikipedia afirman, en cambio, que los arreglos y la dirección orquestal correpondieron a ANTONI ROS-MARBÀ. En cuanto al resto de músicos participantes fueron los siguientes:
  • Guitarra: FERRAN FIGUEREAS ORTEU.
  • Contrabajo: ENRIC PONSA.
  • Violín: JOSEP M. ALPISTE.
  • Violoncelo: JOSEP TROTTA.
  • Arpa: MARÍA LUISA IBÁÑEZ.
  • Acordeón: MIQUEL DOCHADO.
  • Trompa: NICANOR SANS.
  • Clarinete: JULI PAÑELLA. 
La canción que abría la segunda cara se titulaba "La mort de l'avi". La traducción al castellano, que saco de la descripción de la canción subida a youtube por morforita, a continuación:

"LA MUERTE DEL ABUELO
No hay risas, sólo hay llantos.
No hay canciones, sólo hay gemidos.
Parece que todo vaya de luto
en este rincón marinero.

En la taberna, los pescadores
están todos mudos, no dicen nada,
y las matronas, en la iglesia,
ruegan por el abuelo.

Todos irán al entierro,
todo el mundo dirá: "¡que bueno que era!"
Todo el mundo sabrá hablar bien,
quizá alguien llorará de pena.

Pero no de amor, porque, al viejo,
amor, tan sólo le dieron
la barca, el viento, los aparejos,
la red, el sol y el azul del mar.

Pero al día siguiente todo ha cambiado,
pues nadie piensa en el viejo.
Los pescadores están en la mar,
los muchachos juegan por la calle.

Pero en la playa, llena ayer,
sólo una barca hay permanecido,
con una red que nunca más
volverá a besar el mar.

No volverá a besar el mar,
nunca más."

Una canción de duelo que critica los ceremoniales que rodean a veces nuestras vidas, por vacuos e hipócritas: el duelo por la muerte de alguien no tiene más significado que para aquellos que realmente sienten pena.

También quizá haya una constatación, un reflejo de la época en la que se escribió la canción: el abuelo muerto nunca recibió amor. Sólo lo encontró en su oficio de pescador. Pienso en las cosas que me cuenta mi madre, que nació en 1939, cuatro años antes que Serrat, y en lugar tan distinto a la Barcelona natal del cantautor. Ella es natural de Píñar, un pueblo de la comarca de los Montes Orientales, en  Granada, una de las zonas más deprimidas económicamente de España. Decía que de niña los viejos del pueblo eran el hazmerreír de los niños. Eran un fenómeno extraño: casi nadie por entonces llegaba a la edad anciana y por eso a los niños les chocaban tanto. No eran más que una carga para sus familias, un capricho de la naturaleza, que permitía a alguno de aquellos campesinos sobrevivir por encima de la edad en la que podían trabajar. El significado de la vejez, a la que dedica Simone de Beauvoir un libro demoledor y denso con anécdotas terroríficas, por suerte ha cambiado, ahora que lo anormal es morir joven.

En http://xjmserrat.com/la-mort-de-lavi-la-muerte-del-abuelo/ dan esta otra interpretación: "Serrat hace retratos y con ellos saca a la luz personajes forjados en una sociedad enclaustrada, sin horizontes."

Pues eso, que Serrat habla de una vejez vivida en la era en que llegar a viejo era la excepción. De ahí el tono melancólico, algo forzado y sentimental en exceso.

En wikipedia informan de que LLEÓ BORRELL fue quien hizo los arreglos correspondientes en esta canción. Este compositor y músico de Puigcerdá, nacido en 1924 y muerto en 1994 fue, junto a Raimon uno de los fundadores del movimiento de la Nova Cançó. Durante años fue un profesional a sueldo de la música, que lo mismo tocaba jazz que música melódica, en este último caso a las órdenes de Augusto Algueró. Formó un dúo compositor junto a Josep Maria Andreu, en el cual él creaba la música, cuyas canciones nutrieron el repertorio de Núria Feliu, Maria del Mar Bonet, Lluis Llach y Serrat (wikipedia).

Por último, "El mocador" ("El pañuelo") cierra el EP con sus elegantes y populares aires de cha cha cha. Con razón dicen que una de las principales fuentes de inspiración de Serrat era la música popular que sonaba a su alrededor, que por entonces, aparte de los géneros españoles, inspirados o ligados al flamenco y la copla, venían de Hispanoamérica: el cha cha cha, el mambo, el bolero... estilos rítmicos y/o melancólicos. A la altura de 1965, cuando se editó este EP, esto ya no era tan cierto: si la música hispanoamericana fue realmente importante en los 50 -no sólo en España- por entonces venían con fuerza estilos de latitudes más frías: el rock & roll, el twist, la British Invasion, que también pegó fuerte en España, pero también multitud de artistas de pop europeo, en especial de Francia e Italia. No en vano el fenómeno de la música ye-ye se basó en cantantes femeninas con canciones de pop rítmico de avasallador encanto, como "Poupée de cire, poupée le son" (1965) de France Gall de  o "Tous le garçons" (1962), de Françoise Hardy. Hasta el cine popular español, que tan espléndidamente ha reflejado a lo largo de las décadas la evolución sociológica del país, dio cuenta del fenómeno ye-ye con la película de 1965 que lanzó el mayor (¿único?) éxito de la corta carrera musical de Concha Velasco con, precisamente, "La chica ye-ye". Aunque el mensaje de la película no era lo que se dice muy progresista (¿cómo serlo en aquella época sin sufrir censura?), y Manolo Escobar al final se convertía en el ganador del pulso modernidad-casticismo que se ve en la película frente a una juvenil Concha Velasco lo cierto es que, como quien no quiere la cosa, la canción de la Velasco se convirtió en un exitazo y en todo un clásico de la música popular española.

O sea, que aunque las élites culturales del franquismo defendieran a capa y espada la cultura propia -o de eso se vanagloriaban, pues por otro lado no tenían empacho en inundar las pantallas de cine con películas estadounidenses dobladas, con evidente menoscabo del cine nacional- y pensaran que el rock & roll y sus sucesivas encarnaciones que, por oleadas, iban introduciéndose en España, tenían un potencial subversivo, que, en el caso de la película se traducía en la amenaza de una mujer libre y deshinibida, el pueblo opinaba otra cosa. Pues si el pueblo, de puertas adentro prefiriera a la mujer sometida, no dudaba en soñar con una mujer distinta, una mujer soñada que, por otro lado, a lo largo de los 40 y 50, ya existía en las figuras muchas veces trágicas, pero también muchas veces fuertes que representaban Lola Flores y Sara Montiel.

Lo extraño es que las fuerzas de la reacción, capitaneadas simbólicamente por el macho hispánico Manolo Escobar encontraron unos extraños aliados: los rojos que integraban las filas de la Nova Cançó. Ellos, como ocurre ahora mismo con el arqueo de cejas y el desprecio que provoca el reggeatón, veían eso del pop y de las chicas minifalderas y despeinadas como una moda pasajera, una idiotez ajena al buen gusto. El rock & roll sufrió ya entonces de un desprestigio brutal por parte de la intelligentsia, oficial y subterránea, del país, que consiguió a la altura de 1970 prácticamente su objetivo de destruir la escena pop. Así, Concha Velasco no solo tuvo enfrente a un macho de pelo en pecho como Escobar, sino también a otro, Joan Manuel Serrat, que, aunque no se desabotonara por entonces la camisa para mostrar sus atributos sí que los tenía bien puestos -los pelos, no se piense mal-. Ese ataque primordial de Serrat al rock & roll creo que también es otra de las razones de que, andando el tiempo, a la altura de 1990, fuera una especie de odiosa figura paterna, de progre que no cree que el mundo tenga más que ofrecerle.

Pues eso, que Serrat no reflejaba el ritmo popular del momento, sino el que él vivió años atrás, cuando era adolescente, o incluso niño. Puede que por entonces, él, alimentado de cantautores foráneos y repleto de recuerdos de verbenas y sonido de tocadiscos de años, incluso décadas atrás, ni siquiera fuera consciente de la importancia o, incluso, de la existencia de los Beatles o los Rolling Stones.

La traducción de la letra a continuación:

"En un sencillo pañuelo,
todo blanco, muy limpio,
dibujaste,
con el lápiz de un amigo,
un corazón pequeño y atravesado.

Me lo enseñaste bien
mientras bajabas los ojos,
y te cogí el pañuelo
y, como recuerdo,
me lo llevé.

Después pasó mucho tiempo
y revolviendo aquel cajón
con libros de adolescente,
me encontré el pañuelo.

Lo cogí poco a poco,
como si se fuera a romper
y, con el pañuelo en la mano,
te recordé como antes.

Si en algún lugar,
si en algún tiempo,
la canción puedes escuchar,
piensa en este pañuelo
e igual que yo
tú soñarás".

Vemos al Serrat que parece rememorar un episodio de su adolescencia, o que, al menos, lo parece, con expresiones sencillas pero con una sinceridad arrebatadora. Se puede aplicar esa descripción que Manuel Vázquez Montalbán, su biógrafo ofical durante años, hizo de su estilo y su poética: "Lo que ha hecho de Joan Manuel Serrat un cantante y autor famoso es su sabiduría en compartir frustración y esperanza con millares y millares de españoles. Encontró palabras para expresar lo que otros miles de personas. Con la sentimentalidad adecuada para llegar a sus corazones. Nada de lo común le es ajeno" (fuente: http://www.libertaddigital.com/). - Seguir leyendo: http://www.libertaddigital.com/cultura/musica/2014-10-05/serrat-bodas-de-oro-con-la-cancion-1276529843/