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dimarts, 22 de novembre del 2016

JUSTIN VERNON nunca fue joven

El grupo de insituto de Justin Vernon, luego deidad del indie como Bon Iver, se llamaba Mount Vernon. Allí en Eau Claire, Wisconsin, se ve que les dan de comer a los muchachos algo distinto que al resto: en el concierto de presentación del primer álbum de la banda, celebrado el 14 de febrero de 1999 en el Westgate Sporstman Club, de su ciudad natal, tocaban como una avezada banda de músicos que llevaran 20 años sobre las tablas. El concierto lo subió el usuario de youtube MountVernontheBand. Él mismo cuenta que él era miembro de la banda que los teloneaba y que fue su madre quien grabó el concierto de Mount Vernon. Es uno de los pocas actuaciones de la banda que hay en Internet. Ya había ahí un pedazo de artista, en ese Vernon de 18 años que cantaba inspirándose en Van Morrison y también
Justin Vernon en 1999 (fuente: Weau13 News)
algo en Phil Lynnot, de Thin Lizzy, pero también en los otros músicos. Soul, funk, rock clásico, reggae y funk para elevar espíritus. Y, aprovechando la presencia en la banda de vientos y un piano, coqueteos puntuales con la salsa, la música balcánica, el afrobeat, y hasta la rumba. Eso es apertura de miras. El rollo indie de los 90 no les tocó: los discos viejos de los padres de los chicos eran su fuente de inspiración. Se preparaba un relevo generacional en ese pueblo de la América profunda, que no quería saber nada de lo vigente, el post-grunge, el nu metal, en lo alto de las listas entonces, o el post-hardcore o el post rock en los márgenes, adiós a las guitarras abrasivas y a los aires machos de una década que se iba. Claro que por entonces esos chicos que se fijaban en lo antiguo no imaginaban que años más tarde lo suyo sería tendencia. The Black Keys con el blues de los 50, Devendra Banhart o Joanna Newsom con el folk psicodélico, y tantos otros que en breve, empuñando sus guitarras acústicas explorarían sonoridades más sutiles, y devolverían el protagonismo perdido a los silencios en las canciones, y a las sonoridades orgánicas, a la conjugación de varios instrumentos que suenan a la vez y se entremezclan sin necesidad de empastar sus sonidos en forma de mazacote. De todo el revivalismo que convirtió los 2000 en una década perdida en el indie el que dio mejores frutos fue probablemente éste, el de los recuperadores del folk y el rock con raíces sesentero, y viendo estos primeros pasitos de alguien como Justin Vernon entendemos el porque del abrupto corte con los intereses y sonidos de la música alternativa de la década anterior: lo que ya era una tendencia que lo invadía todo no molaba en absoluto para amantes auténticos de la música como éstos. A falta de mayores conocimientos de lo que se podía cocer de interés en el underground recurrir a los clásicos resultaba la mejor opción.
Portada de "All of us free" (2000)

En 1999 afirmaban en una entrevista a la cadena de televisión local Weau13 News que llevaban dos años juntos, o sea, desde 1997 (Justin empezaría con ellos con 15 años), y que varios miembros de la banda habían decidido quedarse en Eau Claire y no marcharse para estudiar en la universidad, de modo que la banda tenía garantizada su pervivencia con posterioridad a la graduación en el instituto de los chicos.

2000: Mount Vernon - El segundo álbum de la banda se tituló "All of us free". Justin Vernon cantaba y tocaba la guitarra y, lo que es más importante, componía todas las canciones. Con 19 años el posterior líder de Bon Iver tenía a Van Morrison en su altar particular. A tan tierna edad ya sonaban, él y sus compañeros, como si tuvieran barba y pasaran las tardes en un bar de esos estadounidenses con billar y carteles de neón de marcas de cerveza. Setentero por los cuatro costados, y con considerable empaque. Otra posible influencia, aparte de la música del de Belfast, y en general de los grupos de la resaca posthippy que replicaban el soul y el funk con un toque roquero (la Creedence, The Band), podría ser la Dave Matthews Band, unos revivalistas espléndidos de gran éxito por entonces (finales de los 90). Phil Cook le hacía segundas voces y tocaba el piano. El álbum estaba autoeditado (aparece licenciado por Move Music, sello creado para la ocasión). Por el contraste entre juventud y virtuosismo instrumental, así como por el excelente sonido del disco no podía tratarse de un inocente escarceo de muchachos aburridos: ahí habían cientos de hora de práctica, amor por la música y, por qué no, talento innato, en bruto, por parte de todos, pero especialmente por parte de Justin, ya un cantante sorprendentemente cuajado.

De nombre completo Justin DeYarmond Edison Vernon había nacido en 1981 en Eau Claire, en Wisconsin. Sucede que coincidió con unos amigos que amaban la música, como él, y se dedicaron a tocar sin parar, de acuerdo con el tópico de quienes han crecido en pueblos insulsos, como debía serlo Eau Claire, para matar el tiempo, para descubrir, al cabo, que eso que ocupaba los ratos muertos y cubría necesidades básicas que de otro modo hubieran quedado desatendidas, era ya el centro de sus vidas. Phil Cook, su compañero en Mount Vernon, le acompañaría en parte de las subsiguientes aventuras musicales de Justin. Él, y otros miembros de Mount Vernon, de hecho, se convertirían, por sí mismos, en una escena, que, junto con Justin o por su cuenta, emprenderían diversos proyectos, se afiliarían a los diversos movimientos por los que ha ido atravesando el indie estadounidense en los últimos 15 años -freak folk, americana, neo psicodelia...- y producirían horas y horas de música interesante. Cook empezó a escuchar con fruición la colección de discos de su padre con 14 años.

Pero la pasión por los sonidos añejos también provenía del acervo personal de Justin. En el libreto de su primer álbum en solitario habla de que sus padres, melómanos, eran fans del blues, de John Prine y de Jackson Browne, músicas que sonaban en su casa sin parar durante su infancia y adolescencia.

"Breathe" es un dueto de Justin con Sara Emma Jensen, a la sazón saxo tenor y cantante de la banda. Y, durante un tiempo, novia de Justin. A diferencia de Justin, Phil, y de otros compañeros de la numerosa y bulliciosa banda, ella no siguió una carrera profesional en la música. Hay créditos en discogs que, si nos los creemos, nos la presentan como teclista en una oscurísima banda, Harlequins Enigma, ya en la década actual. Las mujeres y la música, esa problemática irresoluble. Ella cantaba tan bien como Justin: no voy a repetir el símil del bar con billares. Las raíces musicales de Sara parecen estar en el country.
J. D. Vernon: portada de "Feels like home" (2001)

En 2001 sale el primer álbum en solitario de Justin Vernon, "Home is", una vez concluido su periplo con Mount Vernon. Firmaba como J. D. Vernon. "Feels like home" es el tema uno. El salto cualitativo es considerable: del brioso rock soul con sus antiguos compañeros a rollo de cantautor acústico, aunque conserva su amor por el soul. Las inflexiones vocales ahora nos recuerdan a Otis Redding. Mientras, secundan su voz apasionada, que enriquece un texto de amor por el terruño, y de amor y añoranza por los tiempos pasados en el cálido regazo del hogar familiar, dos guitarras acústicas a las que se une una guitarra eléctrica que desgrana un importante solo en el tramo final. Vernon toca todas las guitarras. Con la acústica no sólo acompaña sino que aporta, igual que la interpretación vocal de Justin, matices, y con ella hay invenciones sonoras, cambios de ritmo y de acordes inesperados. Sí, ya era un fiera, y en solitario se notaba aún más.

Publicado este álbum también por Move Music, pasó totalmente desapercibido. Por entonces en el indie había artistas acústicos bizarros, como Will Oldham, pero aún no había llegado el momento dulce del rollo cantautoril, de ahí que no encontrara su obra apenas repercusión. Si a eso se unía la irregularidad del repertorio era impensable que aquello encontrara su público. Kyle Timmons, usuario de youtube, recuerda haber visto tocar al Justin Vernon de esta época, ya embarcado (o tratando de embarcarse) en una carrera profesional dentro de la música, en bares con apenas cinco personas entre el público. Pues junto a joyas como esta "Feels like home" cohabitaban pistas cuya producción, mezclas o contribución instrumental de músicos invitados tiraban por los suelos, como veremos a continuación.

En "Feels like home" la letra habla de la naturaleza, del "cielo campestre", de "olores en el aíre mientras dura la estación", de "soleado aire fresco", de "estar tumbado en el campo mientras se oye el ruido de las carreteras", "grillos que acunan el acariciador cielo de azul pálido", que, vista el posterior devenir del artista, de su familiaridad con las soledades, se revelen como parte, la naturaleza, y su apasionado amor por ella, del mismo ser del artista desde tierna edad.

También dedica encendidos versos a su familia, o, para ser precisos, al hogar, que es el lugar donde duerme tu familia; hay referencias a su hermano, con el que jugaba al baloncesto en el jardín de casa; pero también, contradiciéndose un poco, alabando las cualidades de aquello que es familiar: "Las carreteras que me llevan a casa, por las que he circulado miles de veces, tienen una belleza y una fuerza que crece con el paso del tiempo", es decir, que también se acaba amando algo por el hecho de ser familiar, de ser lo de siempre. En suma, amores encendidos, a la familia, al paisaje, a lo cercano, al terruño. Pudiera ser que Vernon, a diferencia de tantos músicos, tuviera una vida feliz y plena antes de dedicarse a la música, o eso da a entender, sin deseos ni ambiciones, ni turbaciones especialmente intensas. En todo caso su música transmite eso, la que hacía en Mount Vernon y ésta nueva, mucho más rica en matices y en la que se aprecia con delectación sus virtudes como vocalista e instrumentista.

Calle de Eau Claire: ¿cómo no querer a rabiar un sitio así? (fuente: thelocalpainters.com)

El segundo tema, "Feel the light", se escora hacia el blues. El sonido brillante del primer tema se embarra un tanto en este, en especial cuando la pista de la guitarra slide entra y se superpone sobre el sonido de la guitarra acústica de forma tosca. Este fallo pone de relieve que Vernon lo toca prácticamente todo a lo largo de este disco, también la guitarra slide. En este tema también le secunda una voz femenina, la de KIM VERNON, que es su hermana. Igualmente viejos amigos de la época de Mount Vernon colaboran a lo largo del disco: Justin aún seguía fuertemente enraizado en "su hogar", con lo que el hogar como metáfora al que alude el primer tema en realidad era una especie de falsificación, pues no era un hogar metafórico, sino el hogar de siempre. En este primer álbum recopila canciones que fue escribiendo entre 1998 y 2001, de los 17 a los 20 añitos, muchas de las cuales formaban parte del repertorio - y los álbumes - de Mount Vernon. Por esa época, de hecho, ya había comenzado sus estudios universitarios en la Universidad de Wisconsin, que estaba radicada en ... Eau Claire. Se decantó por los Estudios Religiosos. La iluminación y el asombro por el mundo que desprenden sus canciones no eran un mero recurso literario: era el centro de su interés, como vemos. Y como vemos también en la primera foto, en concreto en la cinta de la guitarra, con ese adorno de una cruz con un corazón dentro, nuestro héroe debía ser creyente en esta época (luego irá desengañándose).

En "Feel the light" por fin se amplían los horizontes de Justin. Junto a las encendidas descripciones de crepúsculos y paisajes otoñales habla de un viaje en avión de 13 horas de duración  y está este intrigante verso, del que caben varias interpretaciones:

"La manta naranja que no es más que esas nubes blancas de ahí abajo,
Trempealeau, Wisconsin. Atardecer en el Parque Estatal Perrot
(fuente: https://www.tripadvisor.es)
horizonte azul y negro, acariciador y refulgente,
y, en medio, una estrella solitaria allí en lo alto:
el lugar donde moran mis miedos"

¿Miedo a sus dudas religiosas? ¿Miedo a la lejanía, al futuro incierto?

En http://ethnicelebs.com/justin-vernon cuentan que los antepasados de Justin de parte de madre vienen todos del condado de Trempealeau, en Wisconsin, y eran descendientes de noruegos emigrados a EE.UU. Su madre se llama Justine R., de soltera apellidada Sather . Del padre, llamado Gilbert H. Vernon, no se sabe, según esta web, mucho de sus ancestros. Wisconsin es un estado perdido, grandes espacios, naturaleza sobrecogedora. Los nombres de los topónimos vinculados a Justin eran de origen francés. Gente venida de lugares muy lejanos, encallados en una tierra de promisión, un non plus ultra hecho de vacío en realidad. En medio de esa vastedad debe ser difícil ir despertando a las realidades del mundo, a sus complejidades.

Pero Justin ya había empezado a desentrañar las turbulencias de la vida. En el libro Bon Iver: Good Winter, escrito por Mark Beaumont hay prolijos datos de la biografía de Justin Vernon. Cuenta que la defunción de Mount Vernon se produjo por el interés de varios miembros por estudiar lejos de Eau Claire. Esas pequeñas "traiciones" al carácter de comuna de Mount Vernon no fueron nada en comparación con la ruptura sentimental con Sara Emma Jensen. Justin y Sara eran novios casi desde la infancia. No hay detalles del hecho, sólo que Justin no logró asimilar la separación, y arrastró su pena durante largos años. De hecho el álbum que lo dio a conocer, ya en 2007, estaba dedicado a ella, desde el título: "For Emma, forever ago".

The Cellar Bar, Galway, Irlanda
Con 19 años, dos años después de iniciados sus estudios universitarios, decide poner tierra de por miedo para alejarse de sus tormentos sentimentales y emprende un viaje a Irlanda, país que siempre le había fascinado. Fue en plan mochilero, con un visado de trabajo. Encontró trabajillos y no se desvinculó de la música. Tocaba en noches de micro abierto en diversos lugares, y llegó a ganar en uno, el Cellar Bar de Galway. Con los 30 € del premio se compró el "If I should fall from grace with God" de The Pogues ("Soy un gran fan de Shane McGowan", afirma Justin).

Agotado su visado volvió a Eau Claire. Allí, en la universidad, estuvo experimentando en su Centro para el Desarrollo de los Medios de Comunicación (Media Development Center), y descubrió el trabajo electrónico de Brian Eno, David Tudor y Steve Reich, que le fascinó. De hecho se propuso introducir ese bagaje dentro de su nueva música, o eso dice el autor del libro. Pero ese supuesto afán experimentador no rozó lo más mínimo el espíritu de "Home is".

El tercer tema del álbum es "Leave it alone blues", un blues suave, muy inspirado en el Eric Clapton de principios de los 70. En él hay un dueto con SARA EMMA JENSEN, con la que, a pesar de todo, no había roto por completo la relación. Los dos funcionan estupendamente juntos, como ya apreciáramos en "Breathe", del segundo álbum de Mount Vernon, pero es, de hecho, de lo poco que funciona del tema, junto quizá a la melodía y a la construcción del tema, -y al hecho en sí de recurrir a una influencia tan desprestigiada desde hace mucho como el Eric Clapton soleado post Derek & The Dominoes-, pues la letra es muy floja, el sonido de la grabación malo y las aportaciones de los músicos invitados penosas. La letra es como una innovación en la temática habitual de amor universal de Vernon, pues contiene apuntes críticos... críticos con Kenneth Starr, el congresista que promovió la investigación sobre la relación de Bill Clinton con Monica Lewinsky ("Clinton es un buen hombre, déjalo en paz") y críticos con los políticos profesionales ("el nombre que tienes lo has comprado con dinero", frase que es de las más salvables del tema). Insulso y desbravado. Supongo que canciones como esta harían encender las mejillas de Vernon en poco tiempo.

Y el milagro se reproduce en el cuarto corte, una "Breathe" que ya conocíamos por otra versión incluida en el segundo álbum de Mount Vernon. Justin lo toca todo, se hace coros, y, como en el resto del disco produce, graba y hace las mezclas. Aquí hay guitarra acústica y la armónica, pero también un instrumento complejo de tocar, el bajo sin trastes (según wikipedia aparecido en los años 60 y con un sonido parecido al del contrabajo; lo popularizó el jazzman Jaco Pastorius) y, usados como elementos percusivos, la carcasa de un altavoz marca Advent y un estuche de plástico golpeado por una cañería de cobre. Llevado de un arrebato incorpora a una ígnea interpretación de este "clásico" de su incipiente carrera musical todo aquello que encuentra a mano, feliz cacharreando en el estudio de grabación. El resultado, ya digo, es espléndido. Como en la primera canción del disco juega con los silencios, con los cambios de tempo, con las variaciones en intensidad, en ese final casi susurrado... Aquí había alguien con una talento arrebatado que necesitaba dirección... y mejores letras.

Uno de los EPs digitals de Jeremy Holt de su bandcamp. Enamorado del paisaje

Otro tema rescatado del repertorio de Mount Vernon como pista cinco: "We can look up". En este cuenta con la guitarra acústica de JEREMY HOLT, quien interviene en algún tema del disco más, como en "Leave it alone blues". El carácter optimista de la letra ("Podemos mirar hacia arriba" se titula) es todo uno con un tratamiento instrumental de titilantes sonidos sacados de las guitarras de ambos músicos, a los que se añade una slide tocada por el propio Justin. Una rara avis dentro de la música indie en general, la alegría vital de Justin está entroncada en una infancia y adolescencia, como decía antes, probablemente serenas y satisfactorias. Los padres de Justin son profesores universitarios. Él, enamorado de las soledades y la naturaleza apabullante de su tierra, Wisconsin, construyó casi el mismo año en que nació Justin una cabaña con sus manos en una parcela perdida en un bosque. Allí iban el padre, Justin y su hermano pequeño muchos fines de semana, a trabajar en el pequeño aserradero que tenía instalado en la propiedad. Según cuenta Justin a Mark Beaumont aprendió allí el valor del silencio y del amor al trabajo de su padre.

Su madre, Justine, le inculcó nociones que le aprovecharían más en sus futuras inclinaciones artísticas. Se empeñó en enseñar a sus hijos a tocar el piano, como su padre hiciera con ella. Ante el escaso interés de Justin por aprender su madre le adjudicó una guitarra acústica, de la que el niño se enamoró perdidamente. Ya con 10 años Justine comprendió que su hijo sería músico el día de mañana. Asimismo ella le imbuyó del sentimiento religioso que se intuye en la música de este periodo. Las visitas anuales al pueblo de los ancestros de su madre, Trempealeau, concluían en el allanamiento de la antigua iglesia noruega protestante, que llevaba cerrada mucho tiempo. El padre abría la puerta cerrada con llave con una tarjeta de crédito, se metían de estrangis y tocaban el piano de la iglesia y cantaban todos juntos. Según decía Justin, el piano se mantenía milagrosamente afinado, año tras año, a pesar de que nadie se dedicaba a su mantenimiento.

Los cuatro meses de riguroso invierno de Wisconsin, con su espesa capa de nieve como presencia ininterrumpida, convertían a Eau Claire y a sus 66.000 habitantes en un lugar propicio a la vida casera, y comunitaria. Como dicen los antropólogos respecto del nacimiento del estado de bienestar en los países escandinavos, la adversidad continuada contribuía a hacer de la comunidad una piña. Justin pasó por una infinidad de grupos antes de llegar al primer proyecto más o menos serio que supuso Mount Vernon. Ya en el colegio comenzó el ir y venir de nombres de bandas, siempre con los mismos chicos interesados. Era un hobby, una forma de matar el tiempo (pensemos en el ingente número de bandas de pop que hay en lugares inhóspitos como Suecia o Islandia), aunque en el caso de Justin, una obsesión. También coincidió ese interés por la música de una serie de muchachos de Eau Claire con un periodo efervescente de la música en los EE.UU. en general, con el grunge como telón de fondo de una reivindicación del derecho a la expresión musical de los chicos blancos de clase trabajadora.

Jeremy Holt, otro amigo músico aficionado de Eau Claire, probable compi de correrías pre y adolescentes. se le unió para echar una mano en este álbum. No siguió una carrera musical profesional, pero ha seguido en contacto y unido a la "escena" de su ciudad. Se le encuentra en algún crédito de Megafaun, el grupo que formaron Phil y Brad Cook, así como Joe Westerlund cuando Justin huyó desorientado de Raleigh, Carolina del Norte, donde hubieran recalado él y los otros cuando formaron DeYarmond Edison, años después todos estos episodios del aún plácido 2001 donde vio la luz "Home is". Ha proseguido con su afición musical como un hobby. Tiene un bandcamp, http://jeremyadamholt.bandcamp.com/, con multitud de EPs digitales, repletos de sonidos que van del altcountry al post-rock, con influencias muy variadas, desde Yo La Tengo al contry-rock de finales de los 60, así como psicodélicas (Flaming Lips, Grateful Dead, etc).

Phil Cook (fuente: http://volumeone.org/musiccapital/roots)
Sigue la única canción no compuesta por Vernon. Su amigo Phil Cook, prsente en su vida desde siempre, compone y toca la armónica en "Train yard blues (live)", grabada en directo. Se trata de un homenaje al blues del delta, otra de esas músicas que sonaron insistentemente en el equipo de música de los padres de Justin y que a él le encantaban. La emulación de ambos músicos de esa vieja música de los 30 y 40 es espléndida. El vozarrón de Justin se retuerce y se esfuerza, a la búsqueda de una emoción primigenia, que, a diferencia de Mark Beaumont en el libro dedicado a Justin vernon, a mí me llega y me convence. Ambos jóvenes repetían de algún modo la estructura de los álbumes de blues rock de finales de los 60 y principios de los 70, en los que los jóvenes músicos blancos anglosajones siempre metían una o dos versiones de clásicos del blues, a ser posible con guitarra acústica. Menciona la letra a Robert Johnson, pero también a un bluesman más oscuro tal que Willie Brown.

En http://volumeone.org/musiccapital/roots hablan de la escena musical de Eau Claire, de cómo se convirtió en generadora, como digo, de una cantidad importante de músicos que acabaron enriqueciendo la escena alternativa estadounidense en las últimas dos décadas. Hay una entrevista a uno de los hijos predilectos de la ciudad, Phil Cook. Cuenta lo siguiente:

Los largos inviernos wisconsinianos "te obligan a tener muy claras tus aficiones. La gente de Wisconsin se toma sus aficiones más en serio que nadie en el mundo. ¡Es el LUGAR DE LAS AFICIONES, tío, el PAÍS DE LAS AFICIONES! La climatología te obliga a buscar algo que te proporcione felicidad, y la gente se lo toma a pecho. Y esas aficiones acaban siendo parte de tu identidad. Y yo, Justin y los miembros de Mount Vernon, vimos que teníamos en común la pasión por el jazz cuando teníamos 15 años, y decidimos tirar por allí. Y es muy significativo que aún ahora, 20 años más tarde, sigan siendo mis mejores amigos."

The Joynt, el club de jazz de Eau Claire donde se conocieron los padres de Justin Vernon 
(fuente: http://www.pbase.com/image/157180320)

Y, ante la falta de otras opciones de ocio, la gente del Chippewa Valley, que es como en esta web denominan a Eau Claire, era un público muy agradecido, muy receptivo. Había muchas iniciativas para que las bandas y los músicos aficionados pudieran tocar en directo, y público: la posibilidad de tocar continuamente hizo a estos chicos esas máquinas que me sorprendían en el concierto de 1999 con el que abro este post.

Por su parte de Phil Cook sabíamos que se había mudado a Raleigh y allí, después de la huida de Justin, formó con el resto de DeYarmond Edison el grupo Megafaun. Raleigh era una lugar que respiraba música, centro donde convergían gospel, rhythm & blues, folk de los Apalaches, blues, esas música de raíz que, como apreciamos en este "Train yard blues" eran su pasión principal, y una escena musical frondosa y con múltiples oportunidades (se convirtió en colaborador habitual en la escena alternativa de la ciudad) y, aparte, mucho mejor comunicada que Eau Claire. Y decidió quedarse allí. "Yo lo veo así, tío: Mount Vernon era como un campamento de verano, DeYarmond Edison fue el instituto, Megafaun la universidad y lo que hago ahora, junto a The Guitarheels (su banda actual) es como mi primer trabajo de verdad. Ha sido un camino muy largo. He tardado 35 años en llegar aquí".