El músico Livingston Taylor y un jovencísimo Derek Trucks.fuente: http://en.wikipedia.org/wiki/Derek_Trucks |
También de aquel año data su aparición en un disco de tributo al legado de JETHRO TULL, banda de rock progresivo con flauta que una, en su ignorancia, ha asociado siempre con lo más aburrido del hippismo.
Estoy preparando una lista de reproducción con todas las canciones de las que voy comentadon cosillas, a la que se puede acceder pulsando aquí.
Él interviene en una sola canción junto con una serie de monstruos en sus respectivos instrumentos, que para eso el invento viene auspiciado por MAGNA CARTA, sello creado en 1989 para dar cabida al por entonces fenecido género del rock progresivo. Se trata de una versión de "Cat's squirrel", aparecida en el primer disco de los Tull, "This was", aparecido en 1968. El tema, aunque tradicional (según wikipedia), en el disco homenaje viene firmado por MICK ABRAHAMS, guitarrista original de los Tull que se fue poco después del lanzamiento del primer álbum de la banda, no bien comprobó que Ian Anderson y su flauta se robaban todo el protagonismo. Dicho debut discográfico, en un estilo blues progresivo con toques de jazz, llegó al puesto 10 de las listas británicas. Era la música en boga en aquel momento, el blues-rock, que poco a poco se bifurcaba entre el rock progresivo por un lado y, por otro, el hard rock. El disco homenaje tiene el mérito de incorporar como músicos a quienes, como Abrahams, habían roto relaciones con la banda hacía entonces casi 20 años. "Cat's squirrel" tiene, pues, dos guitarras: la slide de Derek y la eléctrica de Mick.
Ese mismo año aparece en cuatro canciones del álbum de aquel año del mítico armonicista de blues JUNIOR WELLS. (Cuento algo de él en la siguiente entrada dedicada a Jimi Hendrix: http://destripandolacancion.blogspot.com.es/2013/08/jimi-hendrix-primerisimos-pasos-musico.html). El álbum, "Come on in this house". Como en la anterior colaboración de Trucks, con Mick Abrahams, no deja de ser música derivativa, reinterpretación virtuosa y aplicada de logros del pasado, sin mucho que aportar, como no sea el estricto placer de oír a músicos hacer excelentemente bien su trabajo. Interviene, como una hemorragia de electricidad desordenada, en mitad de "What your mumma told me / That's alright". Por cierto, que dedico toda una entrada a "That's alright", aquí, por tratarse de la cara A del primer sencillo de un tal Elvis Presley.
También suyo es el segundo solo de guitarra en "Why are people like that?".
En 1997 vuelve a participar en un disco homenaje y vuelve a estar a las órdenes de una vieja gloria del blues, y todo al mismo tiempo esta vez. El disco: un homenaje a lo Rolling Stones hecho por bluesmen, titulado "Paint It Blue - Songs Of The Rolling Stones". El bluesman, Johnny Copeland. Y el tema, "Tumblin' dice", que en su viaje de vuelta a sus ancestros negros, se vuelve soul-rock sureño, exuberante y emotivo, todo al mismo tiempo una vez más.
Portada del primer LP de la Derek Trucks Band, publicado en 1997 |
La segunda en la frente: "Mr. PC" es una versión del jazzmen vanguardista John Coltrane.
Veamos: en lo que llevamos de playlist Trucks se ha dejado ver al lado de Jethro Tull, Junior Wells, Johnny Copeland y tocando al ritmo de clásicos de los 40, 50, 60, tanto del jazz como del blues y del blues-rock. Se supone que con semejantes condimentos los frutos que debería haber dado Trucks en unos años deberían haber sido de lo más sustancioso. Podría haber dado lugar a una nueva clase de músico joven, muy distinto de la habitual fauna del pop y del rock indie, que normalmente no ha escuchado nada más antiguo que Joy Division (con suerte los Beatles), y, por tanto, con una perspectiva muy diferente a estos últimos. No ha sido así. Trucks no ha sido la vanguardia de una nueva perspectiva en el rock, lo que da una idea de la decadencia de una forma de entender la cultura de los EE.UU.
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Durante años Trucks había sido músico invitado en los concierto de THE ALLMAN BROTHERS BAND, leyenda del rock sureño. Por fin, en 1999 se convirtió en miembro oficial de la misma. Aparecería con su inigualable técnica en un CD y DVD de 2003, "Live on the Beacon Theatre", cuya versión en DVD fue nº 14 en la lista corespondiente de Billboard, y en "Hittin' the note", también de 2003, 14 disco en la carrera del grupo, y último. Aparecen, en el DVD corerspondiente al primer disco comentado, barbados y gordos. El tiempo no pasa en balde para nadie, pero la música sigue siendo irresistible. Algún día este rock-blues con largas cabalgadas instrumentales, intenso y virtuoso, volverá a ser valorado y tendrá de nuevo sentido. La habilidad instrumental, los solos de prestidigitador, como los desnudos en el cine, no son malos en sí mismos: lo son si no tienen justificación y quien los suelta no se deja el alma en ellos. Como muestra un botón: la versión de dicho DVD de "Ain't wastin' time no more": sí, existe el duende en el rock & roll. El tema apareció originalmente en 1972, en el album "Eat a peach". Lo escribió Greg Allman, y es una preciosa canción sobre la tristeza y el ansia de libertad, como una melancólica reflexión post-hippy. Dice que ante la depresión se pueden tomar soluciones inmediatas: colocarse, buscarse un ligue... De momento pueden servir para seguir tirando, hasta que llegue el día en que los "obsesos de la guerra" ("war freaks") se caigan muertos y al fin podamos criar a nuestros hijos del mejor modo que sepamos. 40 años más tarde dichos deseos siguen siendo eso, deseos. Sigue habiendo guerras y brutalidad, y, lo peor de todo, nadie que cante contra ellas. (O casi nadie: a la altura de 2003 las extradordinarias Dixie Chicks sufrieron una caza de brujas espantosa por criticar la guerra contra Irak auspiciada por Bush hijo, caza de brujas que las expulsó de la escena musical. Pasaron de contar sus discos por números uno a no volver a levantar cabeza. Así hasta hoy, sin que nadie haya osado reivindicarlas).
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