En 1995 también salió otra colaboración de Jay-Z con un rapper auténtico de pies a cabeza, MIC GERONIMO. Un rapper auténtico que, a diferencia de él, había logrado sacar su primer álbum con apenas 22 años (y grabarlo con 21). Un caso semejante al de Big L. En la canción concreta en la que Jay muestras sus habilidades (su fraseo entrecortado, sincopado, aprendido a los pechos de su viejo amigo Jaz), titulada “Time to build”, también hacen de meritorios otros raperos casi debutantes: DMX y el ya mencionado JA RULE.
https://www.youtube.com/watch?v=Qp_t75KYkWs
La madre del cordero de tal reunión fue el productor de la canción y mentor de Mic, el también mencionado DJ IRV, o sea, Irv Gotti, nacido en 1970 como IRVING DOMINGO LORENZO, JR. en Hollis, barrio de Queens. Conoció a Mic Geronimo siendo miembro del jurado en una concurso de talentos de un instituto, el Bayside High. El concurso lo ganó Mic. De ahí Gotti pasó a producirle un single, “It’s real”. No tenían contrato discográfico así que Gotti, echando mano de su encanto personal, consigue que lo pinchen en un programa de radio especializado en hip hop. Con trucos tales como llamar de tapadillo a la emisora para pedir la canción consiguió que esta fuera pinchada con frecuencia y se convirtiera en un pequeño fenómeno local. Irv Gotti editó 300 vinilos con el single, todo pagado de su bolsillo. Con estos credenciales bajo el brazo Mic Geronimo no tardó en tener importantes pretendientes llamando a su puerta (“Ni siquiera tuve que poner mi número de teléfono en los vinilos”, cuenta Irv. Como dice mi madre: El buen paño en el arca se vende). Uno de ellos fue Steve Rifkind, un blanco infiltrado en el mundo del hip hop, que, con su sello Loud Recordings había tenido el acierto de descubrir y distribuir el trabajo de Wu-Tang Clan.
Al final Mic se tuvo que conformar con BLUNT RECORDINGS, subsello hip hop del sello independiente TVT Records, propiedad de otro blanco, STEVE GOTTLIEB, licenciado cum laude en Yale en literatura comparada. También estudió derecho en Harvard. Semejantes credenciales le hicieron convertirse en un as del negocio musical, en el que entró casi por casualidad. Se le ocurrió hacer recopilatorios con canciones clásicas de series de televisión. La novedad es que él mismo se las ingenió para distribuirlos por las tiendas de discos. Las ganancias se quedaban en casa. Con ese dinero creó TVT y se dedicó a editar música de su agrado, en especial música alternativa: desde el punk melódico de los Saints, al rock industrial de Nine Inch Nails, pasando por las ediciones americanas de KLF. Con el subsello Blunt se internó en otra área de su interés, el hip hop. Sin embargo su desconocimiento del medio hizo que el primer álbum de Mic, “The natural”, pasara casi inadvertido (“Blunt iba en plan guerrilla; nada que ver con Loud, los sucesores de Def Jam”, dice Irv). Con el tiempo “The natural” se convirtió en un clásico underground. Como no había contrato formal entre Irv Gotti y Mic, el primero se quedó fuera del proceso de grabación del álbum. Sólo pudo producir una canción, precisamente “Time to build”, en la que dejó cancha para que sus otros protegidos, DMX, Jay-Z y Ja Rule, siguieran ampliando currículum.
Irv Gotti se encontró, de hecho, con una camada inmejorable
de raperos, carne fresca y hambrienta de Queens, como rememora en http://www.mtv.com/news/1672090/jay-z-dmx-irv-gotti/.
Y quiso hacer algo: trató de convertir a Jay-Z, DMX y Ja Rule en un trío, que,
según sus cuentas, podría convertirse en la bomba en la escena hip hop (¿con el
ejemplo de Wu-Tang Clan en mente?). Pero los egos de los concurrentes
impidieron el proyecto. Según él la inquina principal provenía de DMX, rapero
acostumbrado a vencer en todas las battles
a todo bicho viviente que se pusiera en su camino. Sólo en una ocasión la
victoria no fue aplastante: ocurrió con el bueno de Jay. Este rencor soterrado
salió a relucir de hecho en la grabación de “Time to build”. DMX tuvo el honor
de recitar el verso final del tema, cosa que pone de manifiesto la categoría del
artista invitado. Jay-Z reprochó a Gotti que no fuera él el elegido para tal
cometido y, para demostrar lo bueno que era creó en 10 minutos una respuesta a
la parte de DMX. Dice Gotti que algunas líneas de este texto pueden ser recados
para DMX.
Pero, ¿dónde empezó la relación de dos figuras
superimportantes del hip hop de los 90? ¿Dónde se inició la relación entre
Jay-Z e Irv Gotti? En http://www.vladtv.com/blog/184054/irv-gotti-shares-story-of-wanting-jay-z-dmx-ja-rule-album/?menu
cuenta Gotti, a vueltas con la historia esa del disco conjunto de sus tres
raperos apadrinados, que conocía a Jay desde 1987. Hay una entrevista en
formato audio colgada en http://urbsocietymagazine.com/ja-rule-irv-gotti-interview/
en la que Irv Gotti cuenta su historia desde los principios. Le acompaña en la
entrevista Ja Rule, lo que muestra que, a estas alturas, siguen teniendo buena
relación. Cosa esta, lo de conservar una amistad durante más de 20 años, no muy
habitual en general, y, en particular, en un mundo de egos inflamados como es
el del hip hop. El caso es que Gotti empezó en un parque, el Jamaica Park, en
Hollis, su barrio. Ahí dice que se montaban fiestas en la época veraniega a la
que asistía la chavalería del barrio y de incluso otras zonas, como Village
Queens. Una noche, a las tres de la madrugada, el hermano mayor de Irv, de 18
años, le pide al responsable, “un hombre respetado por todos”, que dejara
pinchar a Irving, de tan solo 15 años. Este líder local le quita los cascos al
dj que estaba pinchando, llamado Garfield (“La verdad es que era bueno”, dice
Gotti), y se los da a Irving, conocido como DJ Irv desde entonces. Lo primero
que hizo fue coger un vinilo de Run DMC en el que aparecía una frase alusiva a
Hollis, frase que enganchó y repitió una infinidad de veces para deleite y
euforia de los asistentes. Fue su presentación en sociedad. Enseguida, su
habilidad para pinchar se convirtió en una forma de conseguir ingresos.
Con 16 años tuvo un trabajo normal, como dependiente en un
supermercado, el Pellegrino Deli, pero en poco tiempo los ingresos que le proporcionaba
la venta de mixtapes fue suficiente
para redondear su economía. Durante años se dedicó a subsistir con los ingresos
de su hobby musical, pero un acontecimiento imprevisto le decidió a tomarse en
serio la música. Su padre, de 61 años, fue despedido. La razón es que sólo le
faltaba un año para la jubilación y la empresa quiso evitarse ese gasto (en
EE.UU. lo tienen montado así). Así, cuando conoció a Mic Geronimo enseguida se
ofreció a grabarle una canción y se partió la cara por conseguirle un contrato
discográfico.
La canción “Time to build” fue el estreno discográfico del
luego muy famoso y comercial (a nivel estadounidense) Ja Rule. Rule nació
JEFFREY ATKINS en 1976. Era oriundo de Hollis pero disfrutó de una educación
menos “segregada” que sus otros amigos del hip hop. Su madre le matriculó en un
instituto con predominio de blancos por los problemas que tuvo Ja en el
anterior: su baja estatura le hacía el blanco del veneno de los matones. En
1990, es decir, con 14 añitos, conoció a Irv Gotti a través de un amigo de la
infancia, CHRISTOPHER BRISTOLE, conocido por los seudónimos CHRIS BLACK y JODY
MACK. Éste, nativo de Harlem, pasó a ser vecino de Hollis muy pequeño (http://www.murderinc-online.com/eng/artists_chrisblack.php).
Se dedicó al trapicheo (hustling,
término que puede englobar desde la venta de droga, al timo con juegos de dados
e, incluso, al proxenetismo) hasta que se dio cuenta de que se le daba bien
escribir sobre sus vivencias y rapearlas. Conocía a DJ Irv, pequeña celebridad
en el barrio de Hollis, y le pidió ayuda en su incipiente carrera musical. A DJ
Irv se le ocurrió que Black se juntara con amigos de su infancia para montar un
grupo, al que llamarían CASH MONEY CLICK. Esos amigos eran Ja Rule y NEMESIS,
también conocido como O1. Todos estos acontecimientos pienso yo que deben
coincidir en el tiempo con la grabación del primer álbum de Mic Geronimo. Hecho
el contacto con Blunt Recordings, Gotti lo aprovechó para tratar de publicar
algo de sus nuevos protegidos. Se firmó un contrato, se grabó un álbum, incluso
se llegaron a grabar dos vídeos. Ocurrió algo parecido a lo de Mic Geronimo o
peor: el disco nunca se llegó a publicar. El pobre Chris Black desistió de sus
sueños musicales y volvió a la mala vida. Un sueño roto y un eslabón perdido de
la música más; un callejón sin salida del que no volvió a salir: fue detenido y
condenado a cinco años.
******
DMX, Irv Gotti y Jay-Z a la altura de 1995. fuente: http://showtimesays.com/video-irv-gotti-breaks-down-the-history-of-jay-z-dmx-beef/ |
DMX, con el tiempo, con sus veintimuchos cumplidos, por fin
pudo cosechar el fruto de sus desvelos. Su primer álbum, de 1998, “It’s dark
and hell is hot”, fue número uno del Billboard. Ese mismo año, “Flesh of my
flesh, blood of my blood”, corrió la misma suerte. Con el tiempo sería uno de
los raperos más exitosos y reconocidos, aunque las heridas de una vida durísima
no cicatrizaron jamás.
*******
DMX, a la altura de 1988 era amigo del productor CHAD
MITCHELL, futuro técnico de éxito dentro del r’n’b (Jodeci, Johnny Gill,
Usher…). Chad Mitchell formaba pandilla con Jaz, Jay-Z e Irv Gotti por
entonces. Por medio de Mithcell DMX cayó en la órbita de Irv. Por su parte,
Jay-Z e Irv se habían conocido el año anterior. La cosa es que Irv tenía
entonces una compañía de management, la famosa Jost Productions (de la que
hablo mucho más arriba), en la que figuraba Jaz. Durante la grabación del
primer álbum de Jaz, que duró mes y medio, DJ Irv tuvo ocasión de alternar a
diario con Jay-Z. De ahí salió un vínculo muy fuerte, que duraría años.
*************
“Time to build” sirve para que Jay-Z vuelva a salir airoso
de su confusión con gangsta-rappers, por medio de juegos de palabras y
evasivas; también, para mostrar el verbo brutal de DMX, que no necesita ningún
velo ni pudor para mostrar su slasher-rap:
“Les quito la cáscara a los negratas como si fueran naranjas; les arreo en
la cabeza con una porra de madera (“2 by
4 inches” se refiere a un trozo de madera de unos 5 * 10 cm. de diámetro
que sirve para golpear la cabeza en especial, y, en ocasiones, otras partes del
cuerpo, según el urbandictionary.com; traducción castiza ilicitana: “verga de
bou”). Soy un negrata mugriento así que me gustan las zorras repugnantes; llevo
la ropa sucia, la polla llena de mierda y la navaja ensangrentada. La he jodido
tanto que ya no puedo dar marcha atrás. Soy la razón de que mi hermana pequeña
fume crack. Me sentiría culpable si tuviera corazón, pero no lo tengo. Viviría
tranquilo si parara de asesinar pero no lo haré. Llevo en la sangre el deseo de
destruir la especie humana. Con cada asesinato me vuelvo un poco más loco. No
tengo nada que perder así que no te confíes. Os lo advierto: pagad vuestras
deudas. Respetad mi estilo. Cargaos vuestro micrófono y abortad vuestro hijo.
Esto no es una salvajada, sólo el pan de cada día en las calles. Algo contra lo que nunca podréis competir.” Poesía desesperada que quita el aliento.
¿Y qué tiene
Jay-Z en la mollera frente a esto? “Descarado frente al comportamiento de los
negratas que vienen pisando fuerte. Ya conoces mi trabajo: bendigo y magreo
pibas sin descanso (“I bless and press more skirts than the cleaners”: “skirt”
es una forma coloquial de referirse a una chica; “cleaner” es una lavadora).
Estoy tranquilo porque esos tíos tan guais no saben a qué huelen 1.000 dólares
(“You cats can’t stress the G”; según urbandictionary una “G” se refiere, entre
otras acepciones, a 1000 dólares; entiendo que Jay-Z, que lo mide todo en
términos de cuántas chorbas se cepilla y cuánto dinero es capaz de ganar se
refiere a eso). No pueden estar lo bastante colocados para ponerme a prueba (no
estoy segura; tampoco de lo demás, pero de esta frase en especial). Se han ido;
negratas cremosos como un pastel Duncan Hienz (creo que es un pastelero).
Cuando hablo de mi elegancia mis líneas son puro veneno así que quémate. Mi
juego sólo es apto para expertos (“I turn my game to the experts”: realmente,
¿qué quiere decir?). Los negratas tiemblan de miedo cuando oyen hablar de mí en
los bares (¿el famoso recado a DMX?). A la mierda con las chorradas que soltáis
en el micro. Estáis cagados como si no os hubieran dado nunca una azotaina. Es
como un flashback, les abro grietas a
negratas como rajas del culo. Es como la J para la A (¿mande?), más suave
que una canción de jazz, sí. Así que cuando me doy una vuelta por vuestro
barrio (usa “housing Projects”, viviendas sociales) (aquí ya me pierdo
definitivamente:) negratas conseguidme 5.000 pavos. Se está poniendo chungo: es
hora de cerrar. Te golpearé con 16 de esos billetes. La próxima vez habrá más
palos, pero, ¿quién coño sabe?”. Es otro estilo, definitivamente ingenioso,
brillante y, supongo que igual que me ha ocurrido a mí, a los destinatarios de
tanto dardo camuflado y ambiguo les debía sumir en el desconcierto y el
subsiguiente mosqueo: “¿Eso que dices va por mí?”. Y todo esto escrito a bote
pronto, en 10 minutos, al leer la parte de DMX.
Poesía negra de barrio contra ingenio retorcido de barrio,
que dice sin decir, que apela a la complicidad y la inteligencia del oyente.
DMX y Jay-Z, preparados para reinar.
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